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Miss Chen
2017年09月20日
Senecio rowleyanus es el nombre científico del rosario, planta rosario o bolitas como es conocida popularmente esta curiosa suculenta. Lleva el nombre de Gordon Douglas Rowley, un botánico británico reconocido por su trabajo con las plantas suculentas.
Esta suculenta tiene su origen, como muchas otras, en Sudáfrica. Tiene las hojas esféricas parecidas a granos de uva. Rara vez produce unas pequeñas y muy poco vistosas flores blancas. Es una planta que suele cultivarse en interior aunque aguanta perfectamente la vida en el exterior siempre que las temperaturas no sean muy extremas. En verano es conveniente evitarle el sol directo en las horas centrales del día pues perderá parte de su color verde y tomará una coloración rojiza o marrón.
Gracias a su particular crecimiento es una planta ideal para su cultivo en macetas o cestas colgantes. También puede funcionar muy bien como cubresuelos siempre que tenga algo de sombra. Su crecimiento es rápido y es una planta fácil de mantener. Necesita un ambiente seco para crecer sana y fuerte. Sus raíces crecen bastante superficialmente por lo que no necesita una maceta muy honda.
En cuanto al suelo una mezcla para cactáceas o suculentas es lo suyo. Un suelo suelto, arenoso y bien drenado es lo más adecuado para el senecio. Podemos preparar nuestra propia mezcla mezclando 3 partes de sustrato corriente con 1 parte de arena. Los riegos deben ser espaciados, un par de veces al mes será suficiente y en invierno incluso debemos disminuir la frecuencia.
La temperatura no debe bajar de 7ºC para que no sufra. Sobre todo hay que evitarle las corrientes de aire frío. El intervalo entre 13 y 26ºC es lo ideal para esta planta. En primavera y verano le agregaremos fertilizante líquido al agua de riego. El rosario es muy fácil de propagar por esquejes, sólo hay que cortar un tallo, de unos 10 cm, y plantarlo sobre sustrato nuevo y húmedo. Hay que asegurarse de enterrar varios nudos pues las raíces saldrán de las axilas de las hojas. Si tenemos niños y mascotas en casa hay que ser muy cuidadosos pues es una planta tóxica a la par que muy atractiva para los niños por el aspecto de sus hojas.
Esta suculenta tiene su origen, como muchas otras, en Sudáfrica. Tiene las hojas esféricas parecidas a granos de uva. Rara vez produce unas pequeñas y muy poco vistosas flores blancas. Es una planta que suele cultivarse en interior aunque aguanta perfectamente la vida en el exterior siempre que las temperaturas no sean muy extremas. En verano es conveniente evitarle el sol directo en las horas centrales del día pues perderá parte de su color verde y tomará una coloración rojiza o marrón.
Gracias a su particular crecimiento es una planta ideal para su cultivo en macetas o cestas colgantes. También puede funcionar muy bien como cubresuelos siempre que tenga algo de sombra. Su crecimiento es rápido y es una planta fácil de mantener. Necesita un ambiente seco para crecer sana y fuerte. Sus raíces crecen bastante superficialmente por lo que no necesita una maceta muy honda.
En cuanto al suelo una mezcla para cactáceas o suculentas es lo suyo. Un suelo suelto, arenoso y bien drenado es lo más adecuado para el senecio. Podemos preparar nuestra propia mezcla mezclando 3 partes de sustrato corriente con 1 parte de arena. Los riegos deben ser espaciados, un par de veces al mes será suficiente y en invierno incluso debemos disminuir la frecuencia.
La temperatura no debe bajar de 7ºC para que no sufra. Sobre todo hay que evitarle las corrientes de aire frío. El intervalo entre 13 y 26ºC es lo ideal para esta planta. En primavera y verano le agregaremos fertilizante líquido al agua de riego. El rosario es muy fácil de propagar por esquejes, sólo hay que cortar un tallo, de unos 10 cm, y plantarlo sobre sustrato nuevo y húmedo. Hay que asegurarse de enterrar varios nudos pues las raíces saldrán de las axilas de las hojas. Si tenemos niños y mascotas en casa hay que ser muy cuidadosos pues es una planta tóxica a la par que muy atractiva para los niños por el aspecto de sus hojas.
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Miss Chen
2017年09月20日
Sempervivum ‘Faramir’ es una atractiva y resistente planta suculenta con hojas de color rosa agrupadas en torno a un centro de color verde claro. Las rosetas miden hasta 10 cm de diámetro. Los tallos florales con flores en forma de estrella y color rojo-púrpura se elevan hasta los 20 cm a principios de verano.
Esta crasulácea es muy fácil de cultivar y mantener siempre que vigilemos muy bien el riego. Cualquier exceso de humedad lo pagará con la pudrición de las raíces. Para su cultivo necesitaremos una maceta de unos 4 litros aproximadamente aunque mejor incluso usar una más grande de 12 litros o más. Aunque es una planta que muere tras la floración hay que tener en cuenta que produce gran número de hijuelos e irá creciendo conforme pase el tiempo y necesitará bastante espacio.
La Sempervivum ‘Faramir’ es una planta que necesita mucha luz, así que si la cultivamos en interior le reservaremos un espacio junto a la ventana más luminosa de la casa. El suelo debe contar con un buen drenaje, mejor usar sustrato específico para suculentas y que sea ligeramente ácido con un pH alrededor de 6. En cuanto a las temperaturas prefiere las intermedias entre 18 y 21ºC. Aunque puede soportar sin ningún problema temperaturas en torno a los 0ºC.
El riego en invierno se reducirá al máximo, una vez al mes será más que suficiente. En primavera y verano aumentaremos un poco la frecuencia pero no mucho. Regaremos sólo cuando el sustrato esté bien seco. Usaremos un abono de liberación lenta al principio de la temporada de crecimiento o uno líquido una vez por semana. Una formula 20-20-20 en una dosis de 1/4 parte de lo habitual irá bien para las plantas maduras y con menos nitrógeno para las plantas jóvenes.
Cuando tengamos que trasplantar la sempervivum lo haremos en verano y siempre con el sustrato bien seco. Inspeccionaremos las raíces retirando las dañadas o enfermas y aplicando algún antifúngico en los cortes. Después colocaremos la planta en una maceta con sustrato nuevo y rellenaremos. Esperaremos una semana para regar la planta trasplantada. De este modo reduciremos las posibilidades de pudrición de la raíz. Aunque hemos hablado de su cultivo en maceta nada impide que lo podamos hacer en el suelo si vivimos en un lugar de clima cálido o templado. En este caso podemos incluso tratarla como una cubresuelos, se extenderá bastante rápido, para áreas que no sean de paso ya que no se puede pisar.
Esta crasulácea es muy fácil de cultivar y mantener siempre que vigilemos muy bien el riego. Cualquier exceso de humedad lo pagará con la pudrición de las raíces. Para su cultivo necesitaremos una maceta de unos 4 litros aproximadamente aunque mejor incluso usar una más grande de 12 litros o más. Aunque es una planta que muere tras la floración hay que tener en cuenta que produce gran número de hijuelos e irá creciendo conforme pase el tiempo y necesitará bastante espacio.
La Sempervivum ‘Faramir’ es una planta que necesita mucha luz, así que si la cultivamos en interior le reservaremos un espacio junto a la ventana más luminosa de la casa. El suelo debe contar con un buen drenaje, mejor usar sustrato específico para suculentas y que sea ligeramente ácido con un pH alrededor de 6. En cuanto a las temperaturas prefiere las intermedias entre 18 y 21ºC. Aunque puede soportar sin ningún problema temperaturas en torno a los 0ºC.
El riego en invierno se reducirá al máximo, una vez al mes será más que suficiente. En primavera y verano aumentaremos un poco la frecuencia pero no mucho. Regaremos sólo cuando el sustrato esté bien seco. Usaremos un abono de liberación lenta al principio de la temporada de crecimiento o uno líquido una vez por semana. Una formula 20-20-20 en una dosis de 1/4 parte de lo habitual irá bien para las plantas maduras y con menos nitrógeno para las plantas jóvenes.
Cuando tengamos que trasplantar la sempervivum lo haremos en verano y siempre con el sustrato bien seco. Inspeccionaremos las raíces retirando las dañadas o enfermas y aplicando algún antifúngico en los cortes. Después colocaremos la planta en una maceta con sustrato nuevo y rellenaremos. Esperaremos una semana para regar la planta trasplantada. De este modo reduciremos las posibilidades de pudrición de la raíz. Aunque hemos hablado de su cultivo en maceta nada impide que lo podamos hacer en el suelo si vivimos en un lugar de clima cálido o templado. En este caso podemos incluso tratarla como una cubresuelos, se extenderá bastante rápido, para áreas que no sean de paso ya que no se puede pisar.
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Miss Chen
2017年09月20日
Adromischus marianae f. alveolatus es una pequeña planta suculenta, perenne, de estructura muy ramificada pero que no alcanza más allá de los 15 cm de altura. Los tallos son gruesos, un poco más estrechos en la base y el ápice. Miden unos 2 cm de longitud y 5 mm de grosor y de ellos parten las hojas horizontales que suelen aparecer de forma simétrica.
Estas hojas son muy gruesas y tienen forma obovada, es decir de huevo invertido, o elípticas. A veces presentan un aspecto verrugoso por la proliferación de tubérculos. Son de color gris verdoso y miden unos 3,5 cm de largo por 2 cm de ancho. Las flores son verdes con un matiz rosáceo y miden 1,2 cm de longitud. Como vemos todas las dimensiones de la planta son muy comedidas ya que no hay que olvidar que la planta en su medio natural suele crecer entre las grietas de suelos graníticos. Es nativa de Little Namaqualand, Provincia del Cabo, Sudáfrica.
Es una planta suculenta de cultivo fácil siempre que usemos un sustrato ligero y suelto que facilite un buen drenaje. El sustrato de cactus nos irá especialmente bien con esta pequeña suculenta. Su reducido tamaño nos permitirá colocarla en cualquier rincón de nuestra casa. Eso sí tendrá que ser en un lugar soleado y cálido.
El riego debe ser regular, sobre todo en primavera y otoño, y dejaremos siempre que el suelo seque bien entre riegos. En invierno, si mantenemos el suelo seco, puede tolerar ligeras heladas, en concreto hasta -7ºC. También hay que fijarse especialmente que las hojas no tengan nada de agua en estas condiciones climáticas.
Las cochinillas y gorgojos de la vid son las plagas más frecuentes que pueden atacar a la Adromischus marianae. Es fácil de propagar por esquejes de hoja. Sólo hay que tomar una de ellas y colocarla sobre un sustrato húmedo. En algunas especies las hojas se sueltan con mayor o menor facilidad, en algún caso es necesario cortar las hojas para usarlas en su propagación.
Estas hojas son muy gruesas y tienen forma obovada, es decir de huevo invertido, o elípticas. A veces presentan un aspecto verrugoso por la proliferación de tubérculos. Son de color gris verdoso y miden unos 3,5 cm de largo por 2 cm de ancho. Las flores son verdes con un matiz rosáceo y miden 1,2 cm de longitud. Como vemos todas las dimensiones de la planta son muy comedidas ya que no hay que olvidar que la planta en su medio natural suele crecer entre las grietas de suelos graníticos. Es nativa de Little Namaqualand, Provincia del Cabo, Sudáfrica.
Es una planta suculenta de cultivo fácil siempre que usemos un sustrato ligero y suelto que facilite un buen drenaje. El sustrato de cactus nos irá especialmente bien con esta pequeña suculenta. Su reducido tamaño nos permitirá colocarla en cualquier rincón de nuestra casa. Eso sí tendrá que ser en un lugar soleado y cálido.
El riego debe ser regular, sobre todo en primavera y otoño, y dejaremos siempre que el suelo seque bien entre riegos. En invierno, si mantenemos el suelo seco, puede tolerar ligeras heladas, en concreto hasta -7ºC. También hay que fijarse especialmente que las hojas no tengan nada de agua en estas condiciones climáticas.
Las cochinillas y gorgojos de la vid son las plagas más frecuentes que pueden atacar a la Adromischus marianae. Es fácil de propagar por esquejes de hoja. Sólo hay que tomar una de ellas y colocarla sobre un sustrato húmedo. En algunas especies las hojas se sueltan con mayor o menor facilidad, en algún caso es necesario cortar las hojas para usarlas en su propagación.
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Miss Chen
2017年09月20日
La Anacampseros telephiastrum ‘Variegata’ es una planta suculenta que pertenece a la familia de las Portuláceas y que tiene su origen en Sudáfrica. Esta planta crece formando rosetas que varían desde el color verde hasta el rojo escarlata. El envés de las hojas suele tener un tono rosa violáceo. A medida que crece la Anacompseros telephiastrum va emitiendo nuevas rosetas y formando una gran alfombra tapizante en el suelo.
Con el paso del tiempo, puesto que es una planta de crecimiento lento, formará un pequeño cáudice en su base. Aunque para ello como decimos tiene que pasar mucho, mucho tiempo. Como también hemos dicho la planta se extiende con facilidad pero sólo alcanza una altura de unos 15 cm. En verano emite unos tallos florales en cuyo extremo aparecen las flores al final del verano. Las flores son de color rosa y de unos 3,5 cm de diámetro.
El Anacampseros crece bien en sombra parcial pero muy luminosa. La luz mejora su coloración violácea y hace que la planta crezca más compacta. Requiere un suelo suelto y arenoso, al que habremos añadido una buena cantidad de materia orgánica, y un riego de bajo a moderado. En invierno reduciremos la frecuenca de riego hasta una vez al mes. Hay que tener mucho cuidado con el agua pues es una planta que se pudre con facilidad.
Es una planta excelente para su cultivo en maceta y podemos tenerla tanto en interior como en exterior, siempre que vivamos en un lugar de clima templado. Como fertilizante usaremos una dilución de abono líquido rico en potasio y diluido en agua a 1/4 parte de lo recomendado por el fabricante. La fertilización la realizaremos en verano. Aunque se trata de una planta resistente no tolera ni el calor extremo ni el frío.
Respetando las necesidades de suelo y cuidados que hemos relatado no deberemos tener problemas con las plagas. De todos modos hay que vigilarla para actuar cuanto antes en caso de observar alguna presencia ingrata. La Anacampseros se puede cultivar a partir de semillas o también por esquejes. Una vez al año es conveniente transplantarla a una maceta más grande. En esta operación cuidaremos muy bien de no dañar las raíces.
Con el paso del tiempo, puesto que es una planta de crecimiento lento, formará un pequeño cáudice en su base. Aunque para ello como decimos tiene que pasar mucho, mucho tiempo. Como también hemos dicho la planta se extiende con facilidad pero sólo alcanza una altura de unos 15 cm. En verano emite unos tallos florales en cuyo extremo aparecen las flores al final del verano. Las flores son de color rosa y de unos 3,5 cm de diámetro.
El Anacampseros crece bien en sombra parcial pero muy luminosa. La luz mejora su coloración violácea y hace que la planta crezca más compacta. Requiere un suelo suelto y arenoso, al que habremos añadido una buena cantidad de materia orgánica, y un riego de bajo a moderado. En invierno reduciremos la frecuenca de riego hasta una vez al mes. Hay que tener mucho cuidado con el agua pues es una planta que se pudre con facilidad.
Es una planta excelente para su cultivo en maceta y podemos tenerla tanto en interior como en exterior, siempre que vivamos en un lugar de clima templado. Como fertilizante usaremos una dilución de abono líquido rico en potasio y diluido en agua a 1/4 parte de lo recomendado por el fabricante. La fertilización la realizaremos en verano. Aunque se trata de una planta resistente no tolera ni el calor extremo ni el frío.
Respetando las necesidades de suelo y cuidados que hemos relatado no deberemos tener problemas con las plagas. De todos modos hay que vigilarla para actuar cuanto antes en caso de observar alguna presencia ingrata. La Anacampseros se puede cultivar a partir de semillas o también por esquejes. Una vez al año es conveniente transplantarla a una maceta más grande. En esta operación cuidaremos muy bien de no dañar las raíces.
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Miss Chen
2017年09月20日
Acertar con la cantidad de sol que necesita una planta suculenta es bastante fácil. Y ello gracias a la increíble resistencia y rusticidad de este tipo de plantas que nos ofrecen un gran márgen de error y la posibilidad de realizar correcciones. Muchas veces solemos pecar, con estas plantas, de exponerlas en exceso al sol. Tal vez por pensar que al ser originarias de lugares desérticos o semidesérticos lo necesitan. Ello no es siempre así pues en muchas ocasiones son plantas que crecen debajo de otras mayores, arbustos o árboles.
Cuando una planta suculenta de color verde está expuesta a demasiad sol lo notaremos enseguida por el enrojecimiento que toman sus hojas. Del verde vivo que deberían tener comienzan a tomar un tono rojizo que puede virar incluso hasta tonos marrones. No pasa nada, en la mayoría de casos, sólo habrá que apartarla un poco del sol y darle un respiro en sombra parcial. Por lo general una planta suculenta necesita solamente unas 4 horas de sol directo cada día. Así que si vamos a plantarla en el jardín buscaremos un lugar que le asegure ese tiempo de exposición al sol y que después le ofrezca una sombra luminosa.
En la cara este de la casa o debajo de un árbol por ejemplo son buenos lugares para ellas. Obviamente estamos hablando de cultivo en una zona de clima templado o cálido. Si vivimos en una zona de clima más fresco será mejor plantarlas en la cara oeste de la casa y en lugares con mayor exposición solar cuando su potencia es menor. Entre las 2 y 4 semanas de la plantación ya podremos ver cómo reacciona nuestra planta al sol. Si apreciamos tonos rojizos o marrones en una planta que debería ser verde es que está recibiendo demasiado sol. En cambio si la planta no crece bien puede ser que no esté recibiendo suficiente sol, siempre que tengamos controlados el riego y la fertilización.
En caso de que ocurra algo de lo anterior siempre podemos transplantar nuestra suculenta a un lugar donde reciba mejores condiciones de luz. También es una buena técnica mantener la planta en una maceta hasta que decidamos la localización definitiva pues así podemos cambiarla de sitio con facilidad. Cuando saquemos plantas suculentas del interior al exterior hay que hacerlo progresivamente para que se adapte a las nuevas condiciones. Por ejemplo durante un par de días podemos sacar la planta al sol durante dos horas e ir aumentando la exposición hora y media hasta llegar al tiempo de exposición de su nueva localización.
Cuando una planta suculenta de color verde está expuesta a demasiad sol lo notaremos enseguida por el enrojecimiento que toman sus hojas. Del verde vivo que deberían tener comienzan a tomar un tono rojizo que puede virar incluso hasta tonos marrones. No pasa nada, en la mayoría de casos, sólo habrá que apartarla un poco del sol y darle un respiro en sombra parcial. Por lo general una planta suculenta necesita solamente unas 4 horas de sol directo cada día. Así que si vamos a plantarla en el jardín buscaremos un lugar que le asegure ese tiempo de exposición al sol y que después le ofrezca una sombra luminosa.
En la cara este de la casa o debajo de un árbol por ejemplo son buenos lugares para ellas. Obviamente estamos hablando de cultivo en una zona de clima templado o cálido. Si vivimos en una zona de clima más fresco será mejor plantarlas en la cara oeste de la casa y en lugares con mayor exposición solar cuando su potencia es menor. Entre las 2 y 4 semanas de la plantación ya podremos ver cómo reacciona nuestra planta al sol. Si apreciamos tonos rojizos o marrones en una planta que debería ser verde es que está recibiendo demasiado sol. En cambio si la planta no crece bien puede ser que no esté recibiendo suficiente sol, siempre que tengamos controlados el riego y la fertilización.
En caso de que ocurra algo de lo anterior siempre podemos transplantar nuestra suculenta a un lugar donde reciba mejores condiciones de luz. También es una buena técnica mantener la planta en una maceta hasta que decidamos la localización definitiva pues así podemos cambiarla de sitio con facilidad. Cuando saquemos plantas suculentas del interior al exterior hay que hacerlo progresivamente para que se adapte a las nuevas condiciones. Por ejemplo durante un par de días podemos sacar la planta al sol durante dos horas e ir aumentando la exposición hora y media hasta llegar al tiempo de exposición de su nueva localización.
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