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Miss Chen
2017年09月29日
Miss Chen
El mulch o acolchado es beneficioso para las plantas y los árboles ya que ayuda a regular la evaporación de la humedad del suelo contribuyendo a reducir el consumo de agua. Últimamente en algunos lugares, sobre todo en áreas públicas de Norteamérica y Europa, se ha instalado la costumbre de acolchar los árboles jóvenes con una capa espesa de mulch en forma cónica. Esta práctica recibe el nombre de “vulcano mulching” por la forma que se le da al acolchado. Una vez más podemos confirmar en esta práctica que incluso lo beneficioso cuando es usado en exceso puede tener un efecto contraproducente. En general el mulching es una práctica que aporta múltiples beneficios a las plantas y al suelo pero en exceso, como es el caso, se torna dañino para las plantas y los árboles. Un acolchado demasiado grueso puede aumentar en exceso la humedad del suelo y favorecer la podredumbre de las raíces. Apilar el acolchado demasiado alto sobre el tronco del árbol puede estresar el tejido de la corteza del árbol y constituir un refugio para los insectos que pueden transmitir enfermedades.
Algunos tipos de acolchado, sobre todo los que contienen césped cortado, pueden alterar el pH del suelo. Un uso continuado de ciertos acolchados puede producir falta de micronutrientes y toxicidades. Este acolchado dispuesto en forma cónica sobre el tronco del árbol joven se convierte también en un refugio para roedores que pueden atacar la corteza del árbol, exponiendo el interior del tronco al ataque directo de plagas y enfermedades. Una capa gruesa de acolchado muy fino puede así mismo convertirse en una capa impermeable que dificulte la circulación de aire que precisan las raíces del árbol. En definitiva una práctica que hay que evitar, el justo término medio como en todo es el camino a seguir, huyamos de los extremos.
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Miss Chen
2017年09月29日
Miss Chen
Cultivar un baobab en exteriores, a menos que vivamos en una zona tropical, puede ser realmente frustrante pero en cambio podemos tratarlo como una planta de interior o un bonsai. No alcanzará entonces su tamaño natural pero podremos tener nuestro pequeño baobab. El baobab es un árbol emblemático de África, aunque hay una variedad más pequeña que crece en Australia. El baobab pertenece al género Adansonia que comprende ocho especies, seis sólo se dan en la isla de Madagascar, de las otras dos una es la típica del África continental y la otra la de Australia. El fruto del baobab es una gran baya seca de forma alargada que en su interior contiene las semillas.
En África las semillas del baobab se valen de los elefantes para su dispersión, estas duras semillas soportan el tracto digestivo de estos grandes animales herbívoros y caen a tierra envueltas en el rico estiércol que favorecerá su arraigo y crecimiento.
Para cultivar estas semillas en nuestra casa deberemos ponerlas en remojo en agua caliente durante 24 horas antes de la siembra. Rasparemos su cobertura con papel de lija hasta llegar a la parte blanca, dejaremos secar y procederemos a plantarlas en una maceta con sustrato. La tasa de germinación es bastante baja, tendremos que sembrar entre 2 o 3 veces las plantas que queramos conseguir. Su germinación es muy lenta, así no veremos asomar la plántula hasta 3 o 4 meses de la siembra.
El suelo de la maceta debe estar bien drenado, es conveniente mezclar el sustrato con arena o perlita. La tierra debe mantenerse a una temperatura entre 15 y 19ºC para que se produzca la germinación. Requiere un riego moderado, la tierra deberá estar húmeda pero no empapada y no volver a regar hasta que la tierra esté seca. Las raíces del baobab son propensas a la pudrición cuando tienen un exceso de humedad. Colocaremos la maceta en un lugar soleado.
Cuando la plántula mida unos 7.5 cm procederemos al transplante a una maceta donde tenga más espacio. No debemos exponerlo a temperaturas inferiores a 10ºC y entonces estará en fase de hibernación por lo que no deberemos regarlo. Si pudiéramos plantarlo en exterior debería estar protegido de las lluvias, el exceso de humedad le provocará enfermedades fúngicas.
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Miss Chen
2017年09月29日
Miss Chen
El cultivo de este árbol, Pawlonia tomentosa, originario de China, se ha extendido por todo el mundo gracias a su floración espectacular que se produce en primavera. Todo él se cubre por completo de flores de color azul-violeta. Resulta muy llamativo y aporta un color poco usual que puede generar un bonito contraste en cualquier jardín. El cultivo de la paulonia imperial, en Europa, se introdujo en el año 1834 en Francia a través de Japón. Es habitual verlo en Europa en jardínes públicos. Es un árbol de porte medio que puede alcanzar los 20 metros de altura. Necesita una buena exposición al sol y en cambio sus necesidades respecto al suelo son muy pobres. Se puede cultivar en casi cualquier tipo de suelo ya que se la considera una especie pionera, tiene pocas exigencias nutritivas pero sus hojas al caer aportan mucho nitrógeno al suelo.
Las hojas son grandes, sobre 40 cm, en las ramas jóvenes todavía son más grandes llegando a los 60 cm. Esta característica ha permitido que muchos jardineros cultiven la paulonia imperial en ocasiones como si fuera una planta anual. Para ello se poda a ras del suelo cuando la planta es joven al principio de la primavera. Se consigue así un brote nuevo que desarrolla unas hojas muy grandes. Cuando se trata así a la planta ésta no florece pero podemos tener una planta de enormes hojas que para un jardín de estilo tropical queda muy bien.
Al final del verano maduran los frutos que produce, van cargados de pequeña semillas que miden entre 2.5 y 4 mm y que están adaptadas para la dispersión anemocora, es decir mediante el viento. Se pueden sembrar en cualquier época del año, en macetas o semilleros, recubiertas de una fina capa de sustrato que no impida el paso de la luz. La temperatura ideal para su desarrollo es sobre 18-20ºC.
Cuando la tratamos como una planta anual, la paulonia ofrece el magnífico porte que podéis apreciar en la imagen superior. Una buena opción para crear un espacio denso y lujurioso con sus grandes hojas verdes. Pero siempre teniendo en cuenta que necesita luz directa del sol, no se desarrollará bajo la sombra de otros árboles.
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Miss Chen
2017年09月29日
Miss Chen
Cuando el invierno llega y caen las últimas hojas un nuevo jardín se desvela. Los troncos y ramas quedan desnudos y muestran su aspecto que durante la primavera y el verano ha permanecido oculto. Podemos entonces apreciar verdaderas maravillas como las que seguidamente os mostramos. Troncos y ramas de una gran belleza y originalidad. El arce de corteza papirácea (Acer griseum) oriundo de China, su corteza se despega del tronco y se enrolla en invierno. En otoño sus hojas viran a rojo escarlata antes de caer. Un precioso árbol durante todas las estaciones.
El pino rodeno o pino marítimo (Pinus pinaster) es emblemático de las regiones costeras. Su gruesa corteza se rompe con el tiempo formando un hermosas escamas de color marrón rojizo.
Los plátanos (Platanus) tienen una corteza muy peculiar que puede formar verdaderos efectos de camuflaje como vemos en la imagen superior. En la base del árbol pueden perdurar los restos de cortezas de distintas épocas del árbol, los verdes claros y oscuros de juventud y el gris azulado de la madurez.
El arce del Padre David (Acer davidii) es uno de los más hermosos del grupo de arces de corteza de serpiente. Es originario de China y su corteza es lisa y de color verde con rayas blancas en los ejemplares jóvenes, en los viejos las rayas se van haciendo más difuminadas y de color marrón claro.
Los cornejos (Cornus) del género Swida tienen los vástagos de colores rojo o amarillo brillantes. Son arbustos muy usados en jardinería por esta característica.
El pino chino de Bunges o también llamado pino plateado (Pinus bungeana) es una conífera de origen chino cuya corteza lisa se descama formando un bello mosaico de color. En la jardinería china simboliza la longevidad.
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Miss Chen
2017年09月29日
Miss Chen
Los arces japoneses son de una gran belleza y nos aportarán color estacional a nuestro jardín. Desde verdes brillantes e intensos en primavera y verano hasta rojos, amarillos y púrpuras en otoño. Hay una gran variedad de especies para elegir en distintos tamaños y formas. Vamos a conocerlos un poco más. Acer palmatum ‘Dissectum Atropurpureum’, también conocido como arce japonés palmeado, arce palmado japonés, arce japonés o arce polimorfo, arce enano, arce palmado púrpura. Este arce de escasa altura es idóneo para jardines pequeños. Su forma además nos ayudará a crear bonitos contrastes, no crece más allá de los 2.5 metros y sus ramas caídas y sus hojas plumosas son de gran belleza. Lo plantaremos en una zona de sombra y con suelo húmedo pero bien drenado.
Acer palmatum ‘Coonara Pigmeo’ es otro arce de pequeño tamaño como el anterior. El color rosado de sus hojas en primavera, al brotar, se pierde en verano. En otoño adquiere una brillante tonalidad anaranjada y rojiza. Tanto esta variedad como la anterior por su tamaño pueden cultivarse también en maceta.
Acer japonicum ‘Green Cascade’ es un poco más grande que los anteriores y llega a los tres metros de altura. Tiene una suave caída de sus ramas y las hojas adquieren un intenso rojo brillante en otoño.
Acer palmatum ‘Beni kawa’ es un arce que embellecerá tu jardín en cualquier estación del año. Sus hojas verdes en primavera y verano se tornan de un sutil amarillo dorado en otoño. En invierno nos permite disfrutar de sus ramas y troncos rojos. Su talla llega a los 4.5 metros de altura. Acer palmatum ‘Higasayama’ se caracteriza por su follaje variegado con dos tonos de verde en primavera y verano y dorado en otoño. Aunque alcanza también los 4.5 metros de altura es la variedad más usada para crear bonsáis de arce.
Acer palmatum ‘Wolf’ destaca por el intenso color púrpura de sus hojas en otoño. También es el más apropiado para las zonas geográficas situadas más al norte pues sus hojas brotan más tarde que en otras variedades. Ayudando así a evitar las heladas de primavera. Su altura máxima son también 4.5 metros.
Acer palmatum ‘Sumi nagashi’ resulta espectacular con sus más de 5 metros de altura y sus hojas palmadas de color rojo, incluso durante la primavera y verano. En otoño las hojas se tornan de un brillante color carmesí.
Acer palmatum ‘Bloodgood’ es otra variedad de gran tamaño, casi 6 metros de altura puede alcanzar. Sus hojas palmadas y aserradas se mantienen rojas en verano y se vuelven de un rojo carmesí brillante en otoño.
Acer japonicum ‘Aconitifolium’ con sus preciosas hojas embellece cualquier jardín. Sus hojas verdes en primavera y verano van virando al amarillo, naranja y rojo en otoño. Todo un lujo para cualquier jardín ya que su altura no pasa de los 3 metros.
Acer palmatum ‘Caperci Dwarf’ es otro espectacular arce de pequeño tamaño pues no llega más allá de 1.80 metros. Las hojas rosadas al brotar van virando a verde según avanza la temporada para llegar al dorado en otoño. También se puede cultivar en maceta por sus dimensiones. En general todos los arces japoneses precisan de sombra y suelo húmedo y bien drenado.
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Miss Chen
2017年09月29日
Miss Chen
Ahora que se acerca la Navidad es interesante dar un repaso a las muchas especies de coníferas que podemos cultivar en nuestro jardín. Aquí vamos a hacer un pequeño repaso a especies exóticas de coníferas que no suelen ser muy conocidas pero que pueden resultar muy interesantes por su apariencia, alejada de las coníferas a las que estamos más acostumbrados. Con ellas podemos introducir nuevos efectos decorativos en nuestro jardín. El abeto de Corea o Abies koreana tiene la forma cónica típica de los abetos y es originario de las altas cordilleras de Corea del Sur. Sus agujas aplanadas son de gran belleza, abiertas parecen pequeñas suculentas posadas en las ramas del árbol. Sus piñas cónicas son también muy características. Necesita una localización muy soleada y un suelo perfectamente drenado. Soporta muy bien las bajas temperaturas e incluso algo de sequía.
La picea azul enana o Picea pungens Montgomery es otra espectacular conífera de color azul plateado, es un bonito arbusto ornamental que se suele usar en jardinería como ejemplar único por su efecto de contraste. Es un árbusto originario de las Montañas Rocosas, en Estados Unidos. Crece bien a pleno sol o a media sombra y no supera apenas los 3 metros de altura.
El pino sombrilla del Japón o Sciadopitys verticillata es un fósil viviente de 230 millones de años, es el único miembro de su familia. Es un endemismo propio del Japón aunque ya podemos encontrarlo en muchos centros de jardinería de todo el mundo. En Japón es común encontrarlo en los jardines de los templos. Es fácil de cultivar en zonas de clima templado, su única necesidad importante es que no debe pasar sed en verano.
El pino estrobo o Pinus strobus es originario de Norteamérica donde crece entre Canadá y Estados Unidos en la franja noreste. Es una conífera de rápido crecimiento y en su variedad Contorta presenta unas agujas blancas que le dan un aspecto muy particular.
El pino negro o pino moro, el Pinus mugo es una pinácea arbustiva que sólo alcanza los 3 o 4 metros de altura. Es originario de las cordilleras centroeuropeas, desde los Pirineos hasta los Balcanes. La gran densidad de sus hojas le confiere un gran efecto estético que podemos aprovechar en nuestro jardín.
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Miss Chen
2017年09月29日
Miss Chen
Las bajas temperaturas y la menor duración del día hacen que los árboles caducifolios de nuestros jardines pasen a una fase de aletargamiento. Es la forma en que la naturaleza ha dotado a estos árboles de un instrumento efectivo para soportar los duros inviernos sin que se resienta su supervivencia. Veamos un pequeño resúmen de los distintos procesos que se dan a cabo en los árboles caducifolios durante el invierno en sus distintas partes. Raíces, tronco y ramas A diferencia de la parte aérea, las raíces de los árboles no parecen pasar por un período de letargo invernal. Desde la caída de las hojas las reservas de almidón almacenado durante el verano en la madera y la corteza se transforman gradualmente en azúcares solubles que tienen una función anti-congelante. En los meses más duros del invierno coincide justamente el periodo en que el árbol es más resistente a las heladas. En caso de heladas tempranas, el tronco del árbol puede sufrir necrosis por el insuficiente endurecimiento. Aún más si el árbol ha sufrido estrés durante el verano anterior (sequía o ataques de plagas) y su crecimiento se ha visto afectado por la disminución de las reservas el árbol presentará una mayor sensibilidad a las heladas. Brotes o yemas Las yemas no evolucionan y están inactivas hasta el retorno de los días más largos y de mejores condiciones climáticas. Hojas Las hojas caen al pie del árbol y forman un acolchamiento natural para proteger las raíces. Flores Los brotes florales se encuentran aletargados en la mayoría de las especies de árboles caducifolios, aunque algunas especies florecen al final del invierno. Frutos Precaución con los frutos desecados que quedan en el árbol, pueden convertirse en verdaderos nidos de compañeros indeseables. Lo mejor será recogerlos y destruirlos en todo caso. La estación de la poda Tradicionalmente se ha aprovechado este periodo de letargo de los árboles caducifolios para proceder a las podas necesarias. Haremos así una limpieza de las ramas muertas y preparemos el árbol para su vuelta a la vida esplendorosa de las estaciones cálidas.
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Miss Chen
2017年09月29日
Miss Chen
El nogal es un árbol de porte majestuoso que produce las nueces, ricas en aceites muy saludables. También tienen sus hojas y ruezno usos medicinales avalados por la tradición, del ruezno que es la envoltura verde del fruto se obtiene el tinte llamado nogalina. Por su tamaño y la densidad del follaje es un buen árbol para crear un espacio de sombra y frescura en el jardín durante el cálido verano. El nogal crece bien en climas templados y frescos y sobre suelos ligeros, bien drenados y sueltos. Aunque se adapta a una gran variedad de suelos tiene preferencia por los suelos fértiles y profundos en los que las aguas se filtren rápidamente. Un calor excesivo daña sus frutos y también es muy sensible a las heladas primaverales. Este árbol originario de Asia se expandió en tiempos históricos por Grecia, Italia y el resto de la cuenca mediterránea.
Es un árbol que alcanza los 25 metros de altura aproximadamente y necesita espacio suficiente para su crecimiento. El nogal se puede plantar en otoño y en primavera. Si lo plantamos con cepellón éste deberá estar bien húmedo y si lo plantamos con la raíz desnuda efectuaremos una poda para quitar las raíces dañadas antes de la plantación. Necesitaremos un hoyo de 1 metro de ancho y unos 80 cm de profundidad. Clavaremos un tutor para que proteja al pequeño nogal de la fuerza del viento. El nogal precisa podas de formación, así deberemos despuntarlo cuando llegue a 150 cm de altura a fin de provocar la ramificacion lateral. Aunque se trata de un árbol bastante rústico precisa de un aporte regular de agua, es muy sensible a la sequía.
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Miss Chen
2017年09月29日
Miss Chen
La lima kafir, también conocida por el nombre de combava (Citrus x hystrix) es un cítrico originario del sudeste asiático. La principal peculiaridad que ofrece es que de ella se pueden aprovechar las hojas para usar como hierba aromática. Aunque también se usa la piel del fruto y el zumo del mismo. En la gastronomía de los países del sudeste asiático se usa la piel de la lima kafir y las hojas en numerosos platos. En su entorno natural alcanza una altura considerable, sobre los cinco metros. En cambio si la cultivamos en maceta en una zona geográfica diferente esa altura se verá reducida a la mitad aproximadamente. Es muy sensible al frío por lo que habrá que cultivarla en climas fríos sólo en invernadero o en maceta como planta de interior. El follaje es de un verde brillante muy atractivo en la cara superior de la hoja, más pálido en el envés. Tiene una fragancia intensa ya que sus hojas son ricas en aceites esenciales ( citronelal, citronelol, nerol, limoneno). Las ramas son espinosas con lo que hay que tener precaución al tratar a este aromático cítrico.
Florece en primavera con ramilletes de flores de blancas con un ligero tinte rosado. En verano realiza una segunda floración. Los frutos tienen una forma muy característica, con la piel verde oscuro y accidentada con múltiples abultamientos. Son de un tamaño bastante pequeño, 5-8 cm es el diámetro que suelen tener las limas kafir.
Aparte de su poca predisposición al frío las necesidades de cultivo son las típicas de cualquier otro cítrico. Suelo bien drenado y rico en materia orgánica, riegos regulares pero sin excesos. Y fertilización en la época de floración para complementar sus necesidades de nutrientes.
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