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Miss Chen
2017年08月26日
Miss Chen
Es importantísimo conocer la tierra que tienes en tu jardín. Con estas páginas intentaré explicarte cómo puedes hacerlo y qué consecuencias prácticas sacar de todo ello, que es lo más interesante. El tema del suelo puede resultar un poco denso, pero intentaré hacerlo lo más llevadero posible. De todas maneras aquí lo tendrás para cuando necesites consultarlo. También te digo una cosa: si intentas buscar esta información en libros te costará. O son muy técnicos o son muy simplistas. A ver si consigo algo intermedio. Empezamos pues.
Conocer el suelo de tu jardín es, como sabes, fundamental. Cuanto más sepas de él, muchísimo mejor. Te servirá para tomar decisiones respecto a qué plantar y principalmente, cómo cultivar tus plantas. Lo veremos más abajo. En el suelo es donde viven las raíces, y éstas necesitan un medio en el que se sientan a gusto.  De él toman el agua y los nutrientes minerales (nitrógeno, fósforo, potasio, etc.).  No hay dos suelos iguales. Cada uno tiene sus propias características físicas, químicas y biológicas. El de tu vecino no es igual que el tuyo. Se puede parecer mucho, pero seguro que hay variaciones. Por ejemplo, el contenido en nutrientes: si tú has fertilizado la tierra durante años con compost, será más rica en humus y en nitrógeno que otra que nunca recibió esas aportaciones. Aun dentro de tu jardín, sobre todo si es grande, habrá zonas diferenciadas. Por ejemplo, si está en pendiente, la zona baja será más profunda en cuanto a tierra fértil, ya que habrá recibido suelo erosionado de la zona superior y ahí crecerán más las plantas. Piensa que cuando se estudia el suelo de una parcela agrícola, se toman muestras de diferentes puntos y se analizan por separado: el suelo que está junto a un arroyo no es el mismo que el de lo alto de un cerro porque su formación geológica es diferente. ¿Qué tengo que hacer para conocer perfectamente mi suelo? Analizar unas cuantas características fundamentales, que son estas 6: 
6. Contenido de nutrientes minerales del suelo  TODAS LAS PLANTAS necesitan tomar del suelo 13 elementos minerales. Son los nutrientes minerales esenciales. De tal manera que si en un suelo no hubiese nada, cero gramos, de cualquiera de ellos, la planta moriría, puesto todos son imprescindibles.  Afortunadamente, en los suelos siempre hay de todo, por lo menos algo, aunque en unos más que en otros. No obstante, se pueden presentar carencias. Un ejemplo muy típico es el del Hierro (Fe). En suelos de pH alto, es decir alcalinos (calizos) es frecuente que falte el Hierro que se encuentra insolubilizado, es decir, se encuentra como mineral que no puede ser tomado por las raíces. En plantas que son sensibles a la carencia de hierro la consecuencia de esto es que se vuelven las hojas amarillas. Por ejemplo una Azalea, una Hortensia, un Naranjo, un Roble, etc. plantados en estos suelos sufrirán clorosis férrica. Los 13 elementos esenciales son los siguientes: MACRONUTRIENTES Estos los toma en grandes cantidades, sobre todo los 3 primeros. - Nitrógeno ( N ) - Fósforo ( P ) - Potasio ( K ) - Calcio ( Ca ) - Magnesio ( Mg ) - Azufre ( S ) MICRONUTRIENTES U OLIGOELEMENTOS Estos los toman las plantas en pequeñísimas cantidades.   - Hierro ( Fe ) - Zinc ( Zn ) - Manganeso ( Mn ) - Boro ( B ) - Cobre ( Cu ) - Molibdeno ( Mo ) - Cloro ( Cl ) ¿Cómo se sabe la cantidad de cada uno de estos nutrientes que tiene un suelo? En un jardín particular no merece la pena analizar la tierra para esto. Sin embargo, en agricultura comercial o en el mantenimiento de un campo de golf, por ejemplo, sí se mandan a analizar muestras de tierra cada dos años para saber cómo va el suelo en cuanto a nutrientes, y así tener datos para abonar con más criterio: echando más Fósforo, más Potasio, menos, de un elemento más o de otro, etc. En jardinería doméstica no entramos en tanto detalle y nos limitamos a abonar con cantidades medias, aproximadas. Como seguramente no vas a analizar tu suelo, que sepas estas cosas:   • Un suelo rico en materia orgánica (humus) es rico en Nitrógeno. Cuanto más estiércol, mantillo o turba eches más Nitrógeno tendrá (y por supuesto, más humus). Recuerda: cuando aportas materia orgánica a un suelo estás consiguiendo dos cosas: 1. Humus   2. Nutrientes minerales (nitrógeno, fósforo, potasio, azufre,...) de la descomposición de esta materia orgánica. NO estás echando humus, estás echando estiércol, mantillo o turba, que no es lo mismo. El humus proviene de ellos gracias a la acción de las bacterias y hongos del suelo. Mucha gente confunde estos conceptos. El humus es producido en el suelo por los microorganismos.  • Un suelo arcilloso tiene más nutrientes que uno arenoso, que es más pobre. Ejemplo extremo de suelo arenoso es la arena de la playa. Ésta tiene de todos los elementos (la prueba es que en las dunas crecen vegetales), ahora bien, en muy poquita cantidad, insuficiente para la mayoría de plantas de jardín, exceptuando cactus, crasas, y algunas otras especializadas. Mediante los abonos o fertilizantes aportamos al suelo esos nutrientes minerales que las plantas van consumiendo. Si no lo hiciéramos se agotarían más tarde o más temprano. Tus plantas las puedes fertilizar con dos tipos de abonos: - Abonos orgánicos.    - Abonos químicos o minerales. Los abonos orgánicos como el estiércol, el compost, la turba, etc. aportan de todo, pero en poca cantidad y lentamente. Sus beneficios son más como mejorantes de la tierra, al formarse humus que como suministrador de nutrientes. Los abonos químicos o minerales lo único que aportan son nutrientes puro y duro, ni humus ni mejora del suelo en otros aspectos como hacen los abonos orgánicos. Eso sí, enriquecen de minerales el suelo y las plantas disponen de alimento en cantidad, pero nada más.  Podrías abonar sólo con los orgánicos, tendrían de todo, pero sale caro y en determinados momentos hacen falta grandes cantidades de nitrógeno y de los demás elementos y los abonos orgánicos no pueden suministrarlo ya que ellos van descomponiéndose lentamente, a su ritmo, según el clima y el tipo de suelo.  (Estos son los tipos de abonos que se comercializan). Podemos aportar cualquiera de los 13 elementos esenciales. Sin embargo, la mayoría de abonos o fertilizantes que usamos suelen incluir sólo 3: el Nitrógeno, el Fósforo y el Potasio. Son igual de importantes que los otros 10 restantes, lo que pasa es que las plantan necesitan mucha más cantidad de éstos que de ningún otro. Un abono que también lleve otros elementos, siempre será bueno, indudablemente. El Hierro, es de los pocos que se usa de vez en cuando como fertilizante aparte mediante quelatos de hierro. Si se detectara alguna carencia específica en alguno de estos 13 elementos o varios, se podría remediar con un abono que contuviese ese o esos elementos que están faltando en el suelo. Para cada uno de los grupos de plantas (árboles, palmeras, arbustos, vivaces, aromáticas, bulbos, etc.) te iré dando detalles sobre el abonado que corresponda. Ya hay de algunos en sus respectivas secciones y puedes mirarlo.
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Miss Chen
2017年08月26日
Miss Chen
Es importantísimo conocer la tierra que tienes en tu jardín. Con estas páginas intentaré explicarte cómo puedes hacerlo y qué consecuencias prácticas sacar de todo ello, que es lo más interesante. El tema del suelo puede resultar un poco denso, pero intentaré hacerlo lo más llevadero posible. De todas maneras aquí lo tendrás para cuando necesites consultarlo. También te digo una cosa: si intentas buscar esta información en libros te costará. O son muy técnicos o son muy simplistas. A ver si consigo algo intermedio. Empezamos pues.
Conocer el suelo de tu jardín es, como sabes, fundamental. Cuanto más sepas de él, muchísimo mejor. Te servirá para tomar decisiones respecto a qué plantar y principalmente, cómo cultivar tus plantas. Lo veremos más abajo. En el suelo es donde viven las raíces, y éstas necesitan un medio en el que se sientan a gusto.  De él toman el agua y los nutrientes minerales (nitrógeno, fósforo, potasio, etc.).  No hay dos suelos iguales. Cada uno tiene sus propias características físicas, químicas y biológicas. El de tu vecino no es igual que el tuyo. Se puede parecer mucho, pero seguro que hay variaciones. Por ejemplo, el contenido en nutrientes: si tú has fertilizado la tierra durante años con compost, será más rica en humus y en nitrógeno que otra que nunca recibió esas aportaciones. Aun dentro de tu jardín, sobre todo si es grande, habrá zonas diferenciadas. Por ejemplo, si está en pendiente, la zona baja será más profunda en cuanto a tierra fértil, ya que habrá recibido suelo erosionado de la zona superior y ahí crecerán más las plantas. Piensa que cuando se estudia el suelo de una parcela agrícola, se toman muestras de diferentes puntos y se analizan por separado: el suelo que está junto a un arroyo no es el mismo que el de lo alto de un cerro porque su formación geológica es diferente. ¿Qué tengo que hacer para conocer perfectamente mi suelo? Analizar unas cuantas características fundamentales, que son estas 6: 
5.MATERIA ORGÁNICA (HUMUS) Cuando se dice "la materia orgánica de un suelo" nos estamos referiendo al humus que contiene. En un suelo hay más materia orgánica que no es humus: restos de hojas a medio descomponer, insectos, hongos y bacterias, el compost recientemente incorporado, etc.   ¿Qué es el humus?   Para entenderlo, un ejemplo. Cuando cae una hoja al suelo esa hoja es inmediatamente atacada por hongos y bacterias e inician su descomposición. El resultado es: • Un porcentaje de la hoja se convierte en nutrientes minerales (nitrógeno, fósforo, potasio, etc.) que pueden ser tomados directamente por las raíces.  • Y otra parte de esa hoja se transforma en humus. Lo mismo ocurre con cualquier otra materia orgánica que adicionemos al suelo, por ejemplo, el estiércol, un compost, etc.. Son atacados por los microorganismos y hay producción de humus por un lado y producción de nutrientes minerales para las plantas por otro. Por dar un número y recalcar el tema anterior. Si esa hoja pesa 2 gramos, puede ser que se convierta en humus 0,1 gramos y el resto en minerales.  Con los años, ese humus nuevo formado, también se transformará en minerales, pero mucho más lentamente. Terminará por desaparecer como humus, pero después de más de 3 años.  El humus es una sustancia muy especial y beneficiosa para el suelo y la planta. Tiene unas cualidades que aporta diversos beneficios:   1. Agrega las partículas y esponja el suelo, mejorando por tanto su estructura.  2. Retiene agua y minerales y así no se lavan y pierden en profundidad; igual que hace la arcilla. 3. Aporta nutrientes minerales lentamente para las plantas a medida que se descompone (nitrógeno, fósforo, potasio, magnesio, etc.). 4. El humus tiene otros beneficios menos estudiados pero muy interesantes. Produce activadores del crecimiento que las plantas pueden absorber y favorece la nutrición y resistencia: vitaminas, reguladores de crecimiento (auxinas, giberelinas, citoquinicas) y sustancias con propiedades de antibióticos.  Las raíces, indudablemente, se encuentran mejor en un suelo rico en humus que en uno pobre en esta sustancia. ¿Cómo sé la cantidad de humus que tiene mi suelo?   Tomando en la mano un poco de tierra, por la estructura que tiene y el color, se puede ver más o menos si es rica en materia orgánica o no. Para esto hay que tener alguna experiencia viendo suelos, claro está. Pero el método más preciso es llevando una muestra de suelo a analizar a un laboratorio. Te dirán el valor exacto. Por ejemplo: este suelo tiene un 1,7% de materia orgánica. Quiere decir que por cada 100 kilos de tierra, hay 1,7 kilos de humus (repito que decir materia orgánica es decir humus). La mayoría de los suelos cultivados tienen entre un 1 y un 3% de humus. La arena de la playa es muy pobre en humus, no llega al 1%. En el extremo opuesto, el suelo de un bosque, puede ser muy rico y superar el 5% de humus. En agricultura se hacen análisis de tierras y uno de los datos que siempre se determina es el de la materia orgánica (humus). Si sale un valor muy bajo es más que recomendable hacer un plan de mejora para aumentarla, mediante, por ejemplo, fuertes estercoladuras durante varios años seguidos.  Aumentar el nivel de materia orgánica de un suelo exige tiempo, se hace poco a poco. De la noche a la mañana no se puede pasar de un 1% de humus al 2%; esto se consigue a lo largo de una serie de años. Hay datos de cuánto humus se puede obtener de cada material. Hablando del estiércol, más o menos un 10% de lo que se echa se convierte en humus. Si echas 10 kilos, obtienes 1 kilo de humus. Cada especie vegetal tiene sus propias preferencias en cuanto a suelo con más o menos materia orgánica. Hay unas que gustan de un suelo rico, otras normal y otras que, incluso, prefieren un suelo pobre en humus (por ejemplo, la vegetación del desierto).
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Miss Chen
2017年08月26日
Miss Chen
Es importantísimo conocer la tierra que tienes en tu jardín. Con estas páginas intentaré explicarte cómo puedes hacerlo y qué consecuencias prácticas sacar de todo ello, que es lo más interesante. El tema del suelo puede resultar un poco denso, pero intentaré hacerlo lo más llevadero posible. De todas maneras aquí lo tendrás para cuando necesites consultarlo. También te digo una cosa: si intentas buscar esta información en libros te costará. O son muy técnicos o son muy simplistas. A ver si consigo algo intermedio. Empezamos pues.
Conocer el suelo de tu jardín es, como sabes, fundamental. Cuanto más sepas de él, muchísimo mejor. Te servirá para tomar decisiones respecto a qué plantar y principalmente, cómo cultivar tus plantas. Lo veremos más abajo. En el suelo es donde viven las raíces, y éstas necesitan un medio en el que se sientan a gusto.  De él toman el agua y los nutrientes minerales (nitrógeno, fósforo, potasio, etc.).  No hay dos suelos iguales. Cada uno tiene sus propias características físicas, químicas y biológicas. El de tu vecino no es igual que el tuyo. Se puede parecer mucho, pero seguro que hay variaciones. Por ejemplo, el contenido en nutrientes: si tú has fertilizado la tierra durante años con compost, será más rica en humus y en nitrógeno que otra que nunca recibió esas aportaciones. Aun dentro de tu jardín, sobre todo si es grande, habrá zonas diferenciadas. Por ejemplo, si está en pendiente, la zona baja será más profunda en cuanto a tierra fértil, ya que habrá recibido suelo erosionado de la zona superior y ahí crecerán más las plantas. Piensa que cuando se estudia el suelo de una parcela agrícola, se toman muestras de diferentes puntos y se analizan por separado: el suelo que está junto a un arroyo no es el mismo que el de lo alto de un cerro porque su formación geológica es diferente. ¿Qué tengo que hacer para conocer perfectamente mi suelo? Analizar unas cuantas características fundamentales, que son estas 6: 
PROFUNDIDAD 2.Los suelos pueden tener a poca profundidad una roca dura no atravesable por las raíces (por ejemplo a 40 cm.). Esto es muy malo, evidentemente.  Un árbol crecerá mucho más y será más frondoso en un suelo que tenga una capa de estas características a 1,5 metros de profundidad que si la tuviera a 40 centímetros, por ejemplo. Esto se ve muy bien en las montañas. Los árboles al pie de las laderas son más grandes que los situados en la zona alta, puesto que han recibido la tierra erosionada durante miles de años.  Una plantación frutal que pretenda ser rentable, nunca se debería hacer en un suelo poco profundo, con poco espesor explorable por las raíces. De ahí la importancia de estudiar antes el suelo y hacer catas para ver si nos encontramos con capas duras o no. Siempre será bueno que investigues si tu suelo es profundo cavando con la azada, y ver si a poca profundidad das con una capa dura o no. Esta puede ser la causa de que muchos árboles y arbustos no prosperen adecuadamente y se queden empequeñecidos. • Si la capa rocosa está a menos de 80 cm. de profundidad, se dice que ese suelo NO ES PROFUNDO.  • Si está a más de 80 cm. hablamos de un suelo profundo. En este segundo caso, las raíces dispondrán de suelo en cantidad para profundizar y desarrollarse libremente. Se trata, en general, de un suelo mucho más fértil.  Si resulta que el suelo de tu jardín tiene debajo una capa dura de roca, deberás recrecer echando tierra vegetal. Lo mínimo recomendable a aportar son 20 ó 30 centímetros de espesor. COMPRAR TIERRA VEGETAL A la hora de comprar una tierra vegetal ten en cuenta que las hay buenas, regulares, malas y muy malas. Fíjate en estas cosas:  • Es fundamental que sea una tierra extraída de los primeros 30 cm. de suelo, los más superficiales , que son los que tienen materia orgánica y vida. Es habitual aprovechar la tierra excavada para construir edificios y obras y venderlas. De esta tierra, la que vale, la buena, es la de los primeros 30 cm., la del subsuelo, es muchísimo peor. ¿Por qué?  1. Porque tiene muy poco humus (materia orgánica) y por tanto menos vida microbiana y menos cantidad de nitrógeno. Es más estéril. 2. Suele tener una estructura más compacta, menos grumosa que la superficial.  • Un truco para saber si es tierra superficial o del subsuelo: si ves muchas hierbas, restos de maleza y sobre todo raíces finas, es señal de que es superficial. En el subsuelo aparecen muy poquitas raíces de hierbas anuales y perennes; puede haber de árboles y arbustos, pero de plantas herbáceas, pocas.  • Compra tierra que no tenga demasiadas piedras. • No la compres si es demasiado arcillosa, pesada, fangosa. Si mojas una pequeña cantidad en la mano y ves que es como 'plastilina', no la aceptes. • Cuando se dice: "Mira, esta tierra vegetal que compré es buenísima, he sembrado el césped y no me han salido apenas malas hierbas". Error. Que no salgan hierbas es una mala señal, porque lo más probable es que esa tierra sea de una capa profunda de más de medio metro, del subsuelo, donde no hay apenas semillas acumuladas de vegetación espontánea. Las semillas están en los primeros 30 cm. en un 95%. 3. EL PH El pH es un concepto químico de cierta complejidad. Explicarlo es un poco "rollo" (bueno, un poco no, bastante) y tampoco merece la pena. Fíjate, en la definición se habla de algo así como "la concentración de hidrogeniones", con lo que está claro que será mejor no entrar. Simplemente, que sepas que es una característica que tienen todos los suelos y los sustratos para macetas. El pH se expresa con un número y en el 95% de los suelos está comprendido entre 5 y 8,5.  • SUELO ÁCIDO tiene un pH menor de 7 • SUELO NEUTRO tiene un pH más o menos de 7 • SUELO BÁSICO O ALCALINO tiene un pH mayor de 7 Por tanto, si decimos: "Este suelo tiene un pH 6"; significa que es ácido. O: "Este suelo tiene un pH 8"; significa que es básico o alcalino. Bien, ya sabes qué es el pH de un suelo. Ahora, ¿cómo se determina? Hay dos maneras: 1. Llevando una muestra del suelo a un laboratorio especializado en análisis de tierras a que lo analicen. Te dan el valor exacto, con decimales. Por ej.: pH=6,2.  2. Venden en cualquier centro de jardinería kits sencillos y baratos para hacerlo uno mismo. Es menos preciso, aunque a nivel de jardín nos sirve.
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Miss Chen
2017年08月26日
Miss Chen
Es importantísimo conocer la tierra que tienes en tu jardín. Con estas páginas intentaré explicarte cómo puedes hacerlo y qué consecuencias prácticas sacar de todo ello, que es lo más interesante. El tema del suelo puede resultar un poco denso, pero intentaré hacerlo lo más llevadero posible. De todas maneras aquí lo tendrás para cuando necesites consultarlo. También te digo una cosa: si intentas buscar esta información en libros te costará. O son muy técnicos o son muy simplistas. A ver si consigo algo intermedio. Empezamos pues.
Conocer el suelo de tu jardín es, como sabes, fundamental. Cuanto más sepas de él, muchísimo mejor. Te servirá para tomar decisiones respecto a qué plantar y principalmente, cómo cultivar tus plantas. Lo veremos más abajo. En el suelo es donde viven las raíces, y éstas necesitan un medio en el que se sientan a gusto.  De él toman el agua y los nutrientes minerales (nitrógeno, fósforo, potasio, etc.).  No hay dos suelos iguales. Cada uno tiene sus propias características físicas, químicas y biológicas. El de tu vecino no es igual que el tuyo. Se puede parecer mucho, pero seguro que hay variaciones. Por ejemplo, el contenido en nutrientes: si tú has fertilizado la tierra durante años con compost, será más rica en humus y en nitrógeno que otra que nunca recibió esas aportaciones. Aun dentro de tu jardín, sobre todo si es grande, habrá zonas diferenciadas. Por ejemplo, si está en pendiente, la zona baja será más profunda en cuanto a tierra fértil, ya que habrá recibido suelo erosionado de la zona superior y ahí crecerán más las plantas. Piensa que cuando se estudia el suelo de una parcela agrícola, se toman muestras de diferentes puntos y se analizan por separado: el suelo que está junto a un arroyo no es el mismo que el de lo alto de un cerro porque su formación geológica es diferente.
¿Qué tengo que hacer para conocer perfectamente mi suelo? Analizar unas cuantas características fundamentales, que son estas 6:  1. TEXTURA DEL SUELO  La textura se refiere al tamaño de las partículas que tiene un suelo. Hay 5 texturas básicas: a. Textura arcillosa   Un suelo con textura arcillosa es aquel en el que predomina la arcilla. Piensa en un fango como lo más arcilloso que hay.   b. Textura arenosa   El suelo de textura arenosa tiene sobre todo arena. La playa sería el ejemplo extremo.   c. Textura franca   En un suelo con textura franca abunda el limo. Es algo intermedio a los dos anteriores. Ni es arcilloso, ni es arenoso. Son suelos francos típicos los de las vegas de los ríos.   d. Textura franco-arcillosa Entre arcilloso y franco. Tiene bastante arcilla pero también lleva mucho limo. De arena, poca. e. Textura franco-arenosa Entre franco y arenoso.  ¿Y qué es la arcilla, la arena y el limo que he mencionado? Partículas minerales que se diferencian en su tamaño (me da igual qué tipo de minerales sean). • Arcilla son partículas minerales que miden menos de 0,001 milímetro. Toda partícula mineral que haya en el suelo y mida menos de 0,001 mm, es arcilla. • Limo son partículas minerales de entre 0,001 milímetro y 0,01 mm.    • Arena son partículas minerales de entre 0,01 y 0,1 milímetros. Bien, pues según la proporción que haya de un tipo de partículas u otras tendremos las diferentes texturas. Por ejemplo, si un suelo tras analizarlo en el laboratorio sale que está compuesto por: - 60 % arcilla - 20 % limo - 20 % arena Se mira un gráfico (triángulo de texturas) y se ve que se trata de un suelo arcilloso.  Por lo tanto, tu suelo tendrá una de estas 5 texturas mencionadas. ¿Cuál? Eso es lo que tendrás que averiguar. ¿Y cómo? Hay 2 formas: 1. Llevando una muestra a un laboratorio especializado que analicen tierras. Obtienen el dato exacto del porcentaje de arcilla, de limo y de arena. Para un jardín particular, la mayoría de las veces es mejor hacerlo de la siguiente forma:   2. Manualmente, por el llamado "método del churrito": cogemos un poco de tierra en la mano y la humedecemos. Se amasa y se hace un "churrito" de unos 3 milímetro de grosor. Se intenta hacer un "rosco" con él. Si no aparecen grietas (con la plastilina no aparecerían) es que es arcilloso. También por el mismo tacto: más granuloso, suelo arenoso; más suave, más parecido a plastilina, suelo arcilloso. Ni granuloso, ni plastilina, suelo medio, franco, o franco-arcilloso, o franco-arenoso. Pero por no extenderme más, si quieres ver los detalles del método, pulsa aquí. El resultado nos sirve perfectamente. Ahora vamos a lo práctico. Ya sabes qué textura tiene tu suelo, pero ¿para qué quieres conocer este dato? Analicemos los dos casos extremos:  - Suelo arcilloso  - Suelo arenoso Si lo más normal es que tu caso sea algo uno intermedio, ni arcilloso arcilloso, ni arenoso arenoso, pero saca conclusiones según lo que sigue.
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Miss Chen
2017年08月26日
Miss Chen
Conocer y mejorar el suelo es muy importante. 
A continuación tienes las características ideales que debería tener un suelo para el cultivo de plantas. Repásalas e intenta mejorar cada una de ellas en tu caso particular.  1. Profundo A veces hay una roca dura no atravesable por las raíces (por ejemplo, a 40 cm. de profundidad) ouna capa compacta de arcilla. Esto es malo. Cuanto más suelo tengan las raíces para extenderse sin limitaciones, más tamaño alcanzarán las plantas. Cava con la azada y comprueba si hay una capa dura o no; ésta puede ser la causa de que muchos árboles y arbustos no prosperen adecuadamente. » Mejora: añade tierra vegetal y labra en profundidad para romper la capa impermeable si es que ésta es muy somera. 2. Estructura migajosa, mullido, aireado   » Mejora: aportar materia orgánica. En los suelos arcillosos, además de la materia orgánica, es conveniente mezclar también arena de río.  3. Fácil de trabajar   Los suelos arcillosos son difíciles de trabajar porque la tierra mojada es una masa densa, y cuando están secos es demasiado duro.  » Mejora: aporta materia orgánica y arena.  4. Buena capacidad para retener agua   Los suelos arenosos son secos; no almacenan el agua como los arcillosos y hay que regar bastante. Con los arcillosos no hay problema en este aspecto, incluso puede ser negativo si retienen demasiada agua.  » Mejora: en tierras arenosas, y por tanto, con baja capacidad de retención, puedes darle cohesión añadiendo unos 100 kilos por cada 100 m2 de turba u otro tipo de materia orgánica e, incluso, añadiendo algo de tierra arcillosa. » Si retiene poca agua, riega con menos cantidad pero con más frecuencia. El riego por goteo en suelo arenoso es ideal.  5. Buen drenaje Los suelos arcillosos tienen tendencia a encharcarse, lo cual pudre las raíces. Aunque no todos los suelos arcillosos drenan mal. Cuidado en las zonas bajas, que es donde se acumula más agua. » Mejora: para mejorar un mal drenaje, puedes hacer lo siguiente:   1. Instalar tubos de drenaje.    2. Dar pendientes al terreno para evitar charcos.   3. Aportar arena: unos 2 ó 3 metros cúbicos por cada 100 m2 de superficie. Cuanta más, mejor.    4. Aportar materia orgánica al suelo: airea.   5. Eligir especies que resistan mejor sus condiciones asfixiantes. Consulta esta lista.   Más información sobre drenaje en el artículo titulado "Drenaje de suelos".  6. Buena capacidad para retener nutrientes minerales Al igual que sucede con el agua, los suelos arenosos retienen pocos nutrientes. El Nitrógeno, Potasio, Azufre, Hierro, etc. son arrastrados fuera del alcance de las raíces por la acción del agua del riego y la lluvia, perdiéndose estos elementos nutritivos. Los suelos arcillosos en este aspecto son mejores, ya que almacenan muchos nutrientes minerales; tienen "grandes bolsillos". Pero los nitratos sí que se lavan en ambos tipos de suelos. » Mejora: aporta materia orgánica. Por ejemplo, estiércol, mantillo, compost o turba entre 1 y 3 Kg. por m2 y mezcla con la tierra. » En suelos arenosos usa fertilizantes de lenta liberación en lugar de los minerales solubles tradicionales, para que se vayan disolviendo poco a poco y se pierda menos.  7. Rico en materia orgánica (humus) Cuando hablamos de materia orgánica del suelo nos referimos al humus. El humus es una sustancia muy beneficiosa para el suelo y para la planta: 1. Esponja el suelo.  2. Retiene agua y minerales. 3. Aporta nutrientes minerales poco a poco para las plantas a medida que se descompone (Nitrógeno, Fósforo, Potasio, Magnesio, etc.).  » Mejora: para aumentar el nivel de materia orgánica de un suelo se necesita tiempo. De la noche a la mañana no se puede pasar de un 1% de humus al 2%; se consigue a lo largo de años. » Lo mejor es echar materia orgánica año tras año. Por ejemplo: estiércol, mantillo, compost casero, turba, guano, humus de lombriz, etc..  8. Rico en nutrientes minerales   Todas las plantas necesitan tomar del suelo estos 13 elementos minerales.  Macronutrientes:  - Nitrógeno (N) - Fósforo (P) - Potasio (K) - Calcio (Ca) - Magnesio (Mg) - Azufre (S)    Micronutrientes: - Hierro (Fe)  - Zinc (Zn) - Manganeso (Mn) - Boro (B) - Cobre (Cu) - Molibdeno (Mo) - Cloro (Cl)    Los suelos arcillosos suelen ser ricos en nutrientes y los suelos arenosos, pobres. Ejemplo extremo de suelo arenoso es la playa.  Para saber si un suelo es rico o no en nutrientes se hacen análisis de la tierra en un laboratorio especializado.   » Mejora: mediante los abonos orgánicos (estiércol, compost, turba, etc.) y los fertilizantes minerales aportamos al suelo los nutrientes necesarios. Si no lo hiciéramos se agotarían más tarde o más temprano.  9. pH comprendido entre 5,5 y 8    Afortunadamente el 80% de los suelos está entre estos valores, pero si fuera un pH por debajo o por encima, deberías corregirlo. Los métodos para medir el pH los tienes en esta página.   a) Si el suelo fuera muy ácido (pH<5,5) escasearán algunos nutrientes esenciales para las plantas como Calcio, Magnesio, Fósforo, Molibdeno y Boro y la estructura no suele ser buena. » Mejora: el pH se sube incorporando caliza molida. Dosis: 15-20 Kg. por cada 100 metros cuadrados a aportar en otoño y se entierra labrando. b) Si el suelo es neutro (pH entre 6,5 y 7), perfecto, hay una óptima disponibilidad de todos los que las plantas necesitan normalmente. Aunque algunas, llamadas acidófilas, lo prefieren inferior a 6,5, y otras (calcícolas), son felices con un pH superior a 7.   c) Si el suelo es básico o alcalino (pH>8) es muy probable que escaseen el Hierro, Manganeso, Zinc, Cobre y Boro, y las acidófilas y otras plantas sensibles a estas carencias, como el naranjo, el hibisco, etc., amarillearán y darán pocas flores a menos que modifiques el pH. El ejemplo más típico es el de la carencia de Hierro (clorosis férrica). » Mejora: para bajar el pH y que así se liberen los nutrientes insolubilizados se puede hacer lo siguiente (a elegir): Sulfato de hierro El sulfato de hierro es un producto barato y fácil de conseguir. Para aportar al suelo cómpralo en forma granulada (color marrón) en lugar de en partículas finas como cristales (color verde manzana).  El sulfato de hierro sirve para acidificar y adicionalmente para aportar algo de Hierro, aunque no mucho, y su principal función es la de bajar el pH. Turba rubia Aportando TURBA RUBIA SPHAGNUM, que es un material muy ácido (ph=3,5), se reduce el pH de la tierra. Dosis: 1 kilogramo de turba rubia por metro cuadrado. A los 2 ó 3 años se debe repetir el tratamiento.  Azufre en polvo   Otra opción para acidificar consiste en mezclar los primeros 25-30 cm. de tierra con AZUFRE EN POLVO. Dosis: 90 grs./m2. Aplica durante el otoño para que en primavera se note el efecto.  En medianas y grandes superficies es lo que sale más económico, por ejemplo, para enmendar todo el huerto o jardín entero antes de plantar nada. A los 2 ó 3 años deberás repetir el tratamiento. Los suelos ácidos (pH<6.5) son fáciles de corregir aportando caliza molida, pero los suelos alcalinos (ph>7) son mucho más difíciles porque tiende a revertirse a la situación anterior, lo que obliga a repetir el tratamiento. Además de bajar el pH, aplica al suelo un fertilizante especial, rico en hierro llamado "quelatos de hierro". También hay otros fertilizantes formulados con los demás micronutrientes, aparte del hierro, como el manganeso, cobre, zinc, etc. para las posibles carencias. 
10. Suelo NO salino No es frecuente, pero se puede dar. Los suelos salinos son los que tienen una cantidad excesiva de determinadas sales (Cloruros, Sulfatos, etc.). Más información sobre suelos salinos y su recuperación aquí. 11. Suelo no infectado por hongos, nematodos, gusanos de suelo ni malas hierbas    Un suelo cultivado reiteradamente aumenta las poblaciones de hongos que viven en el suelo, deNematodos (gusanitos microscópicos que parasitan raíces), de gusanos de suelo (blancos, grises y de alambre) y de malas hierbas...  Si un suelo está desinfectado cada 3 ó 4 años, mejor. » Mejora: para desinfectar los suelos hay productos químicos, pero existe un método ecológico de desinfección llamado SOLARIZACIÓN que ofrece una gran eficacia. Artículo de qué es y cómo se hace la solarización. Si un suelo cumpliera todo lo anterior sería el suelo modelo.  Puntualizar que hay especies que gustan de suelos particulares, por ejemplo, las acidófilas como Azalea, Hortensia, Rododendro, etc. son felices en suelo ácido (ph menor de 6,5) o las plantas del desierto viven mejor en suelos pobres. Pero hemos visto lo que es un suelo ideal en términos generales. Y un dato a recalcar: aportando materia orgánica (estiércol, mantillo, compost, etc.) se mejoran la mayoría de características. 
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Miss Chen
2017年08月26日
Miss Chen
Cada clima tiene su vegetación más apropiada.
Selecciona especies vegetales que vivan bien en el clima general de tu zona. Considera también los microclimas del jardín. Por ejemplo, un rincón con sombra es perfecto para helechos pero inadecuado para las plantas de flor de temporada. Los factores climático-ambientales en relación a la elección de las plantas son: luz, temperaturas, lluvia, humedad y vientos.  1. Luz  Analiza las zonas de sol y las zonas de sombra del jardín. Para las zonas de sol: - Casi todas las flores necesitan unas seis horas de sol al día. Por ejemplo, Gazania o Lamprantus sólo abren sus flores si tienen sol directo. - Las plantas con hojas variegadas (veteados en verde y amarillo) requieren más luz que las de hojas verdes completas. - A los cactus les gusta tener mucha luz. Para las zonas de sombra: - Elige especies que vivan bien en sombra o semisombra, por ejemplo, Camelia, Hortensia, Clemátide, Helechos, Cóleo... hay muchas especies aptas sombra; mira esta lista de arbustos. - Puedes ubicar en sombra plantas que necesiten sombra en determinadas épocas, por ejemplo, una sombra temporal en momentos calurosos favorece su establecimiento, o cuando son plantas jóvenes y delicadas. 2. Temperaturas    Si en tu clima hace frío, con heladas frecuentes, es evidente que no se deben escoger especies subtropicales: morirían a las primeras de cambio. Cerca de un muro estarán más protegidas del frío. Los muros acumulan calor durante el día que ceden por la noche. Ciertas plantas también necesitan frío. Por ejemplo, el Olivo crece mucho en el trópico pero no florece, lo que quiere es la alternancia de temperaturas, no constante todo el año. O muchas variedades de frutales que necesitan acumular frío en invierno, lo que se llaman horas-frío, horas por debajo de +7ºC. Por ejemplo, variedades de cerezo que si no disponen de este frío no darán buena cosecha (Más información sobre esto en Sección Frutales, artículo "Elegir frutales según el clima").   3. Lluvia   Hay plantas que no aguantan los climas lluviosos por estar los suelos muy húmedos o encharcados o por tener las hojas mojadas mucho tiempo. Suelen ser especies de climas secos. En climas lluviosos conviene elegir especies amantes de la humedad.  4. Humedad del aire Hay plantas que necesitan una humedad alta y otras sequedad. Ejemplo: los helechos son ideales para un jardín a la sombra o un jardín que dé al norte. Necesitan agua y un alto grado de humedad del aire. Plantarlos sólo si se les puede dar lo que piden. Hay regiones con niebla frecuente, rocío o determinados rincones húmedos.
5. Vientos Vientos secos Vientos húmedos Vientos fríos Vientos cálidos Vientos fuertes (encallejonados es peor) Vientos salinos de la costa ("queman" las hojas jóvenes y yemas jóvenes orientadas al mar por depósitos de sales).  Si en tu zona predominan algunos de estos vientos, escoge plantas resistentes a ellos, o bien,proporciona protección del viento al jardín o terraza con setos, vallas con trepadoras, láminas de brezo, etc. El viento influye en la distribución de las plantas. Por ejemplo, coloca las Coníferas pensando por dónde entran los vientos dominantes. Así servirá de protección gracias a su follaje perenne.
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Miss Chen
2017年08月25日
Miss Chen

Si ya tienes el diseño del jardín, con sus zonas, elementos y plantas a incluir, te queda llevarlo a la realidad, es decir, construirlo. Vamos a ver los pasos a seguir. Lo habitual es contratar los servicios de una empresa de jardinería para que se encargue de todo, aunque también lo puedes hacer como particular si la obra no es de mucha envergadura.  Una vía intermedia es pagar a una empresa para que haga sólo ciertos trabajos (tierra vegetal, instalación del riego, plantación de grandes árboles y palmeras, etc.).  1. Limpieza del terreno   Lo primero es retirar escombros, basuras y restos extraños que hubiera en la parcela. Se eliminan también hierbas y rastrojos con una desbrozadora de discos o con azada si la parcela es pequeña.  Se paga una cuba y en ella se van depositando todos estos residuos. Cuando la cuba está llena, la retiran. El terreno ya está limpio.   2. Movimientos de tierras Es muy probable que sea necesario aportar tierra vegetal. Motivos: a) Hay que rellenar ciertas zonas o recrecer toda la parcela. b) La calidad del suelo original no es buena, por ej., si es pura arcilla o si es poco profundo (piedra debajo, hormigón, capa compacta, etc.).  La tierra vegetal se compra por metros cúbicos (m3), en camiones. La cantidad a comprar se calcula con esta sencilla multiplicación:  Volumen de tierra en m3 = largo de la parcela x el ancho de la parcela x el espesor de tierra a aportar  Ejemplo: para aportar una capa de 15 cm (0,1 m) de tierra en una parcela de 25x12 m, serían necesarios 43 m3 de tierra:  Volumen de tierra = 25 m x 12 m x 0,15 m = 45 m3 de tierra. La capa a extender suele oscilar entre 10 y 20 centímetros de espesor. Cuanto más, mejor. Se puede aprovechar la tierra del vaciado de cimentaciones y soleras de fuentes, estanques, muros de contención, etc. para rellenar. Recuerda que la tierra buena es la de los primeros 30 cm, muchos más rica en materia orgánica y nutrientes minerales que la del subsuelo. Nunca mezcles la tierra buena de arriba con la del subsuelo. La tierra vegetal la trae y descarga el camión dentro o lo más cerca posible de la parcela. Luego hay que extenderla. Opciones para extenderla:  1. Pala mecánica pequeña: siempre que se pueda es lo mejor. Sin lugar a dudas. Se contratan por horas, con el maquinista incluido, obviamente, y en unas horas está la tierra extendida y nivelada. 2. Con carretillas a mano: vale si son pocos metros cúbicos o cuando no haya más remedio porque no pueda entrar una pala mecánica. Todo lo que se pueda mecanizar, merece la pena. Finalmente, con la tierra repartida, se dan las pendientes oportunas al terreno, procurando que el agua de lluvia y riego corra hacia donde tenga una salida natural. Se recomienda reservar un depósito de tierra vegetal buena para rellenar los hoyos y zanjas de plantación. 3. Obras de albañilería y equipamientos  Con el terreno limpio y moldeado en sus relieves, se acometen las obras de albañilería y la instalación de los equipamientos del jardín. A veces todo esto se hace antes de echar la tierra vegetal, depende del caso, pero, por ejemplo, difícilmente se puede hacer un camino que atraviesa una depresión del terreno antes de rellenar dicha depresión con tierra. En este capítulo entrarían: - Muros  - Caminos  - Pavimentos: loza, piedra, ladrillo, hormigón, chinos... - Escaleras y rampas - Piscinas - Estanques de obra - Curso de agua  - Cascadas - Bordillos  - Vallas - Fuentes  - Instalaciones deportivas: pista de tenis, canasta de baloncesto, minigolf, diana, etc.  - Juegos infantiles: columpios, toboganes, cabaña indio, foso de arena, etc. - Cenadores y pabellones - Cobertizo, lugar de almacén o trabajo, compostera - Pérgolas  - Arcos - Rocallas (colocación de las rocas), etc.
En suma, todo lo que es obra o instalaciones de diversa naturaleza. Es muy importante tener la precaución de dejar tubos debajo de los caminos para que puedan pasar por ellos las tuberías de riego y de electricidad. Si el jardín no tiene salidas naturales para el agua de lluvia, es preciso evacuarla. Para ello se emplean soluciones como: - Conducciones de PVC enterradas como mínimo a 40 cm y con una cierta pendiente que vierten a la red de alcantarillado. - Otro sistema es por medio de unas canaletas prefabricadas de plástico (fotos superiores) u hormigón, con rejilla, que rodeen la parcela y ciertos sitios estanciales. Estas canaletas están colocadas con una pequeña pendiente y vierten el agua a la red de alcantarillado o a la calle.  4. Alumbrado La iluminación del jardín se hace con farolas, balizas, proyectores o focos. Los cables van dentro de tubos de plástico corrugados enterrados a una profundidad mínima de 40 cm. Se debe colocar una cinta plástica de color amarillo a 25 cm del nivel del tubo como medida de seguridad. 5. Drenaje Generalmente no es necesaria la instalación de tubos de drenaje, pero hay suelos muy arcillosos, compactos y con baja capacidad de infiltración ("chupan" poco) que dan lugar a charcos que duran varios días. En estas situaciones se pudre las plantas y el césped, por lo que es obligatorio meter tubos de drenaje. Otras veces, la orografía natural del terreno provoca charcos en ciertas zonas. Si no se pueden corregir estas depresiones con los rellenos de tierras, también requerirá drenaje con tuberías. Para más información sobre drenaje y cómo instalar tubos, consulta el artículo "Drenaje de suelos".  6. Riego  Aspersores para el césped. Difusores para el césped y zonas estrechas (tienen un alcance de hasta 5 metros). Riego por goteo en árboles en alcorques o que estén fuera de zonas con césped, para arbustos, parterres de vivaces, huerto, frutales... La manguera es el sistema de riego más lento. No obstante, es necesario que haya bocas de riego bien distribuidas por el jardín para poder "enchufar" mangueras. Mi consejo es que instales un sistema de riego automático. Nada de mangueras, ni estar abriendo y cerrando llaves. El riego automático lo programas y él solo abre y cierra el riego los días de la semana que tú le indiques y a la hora que prefieras. Cada zona estará controlada por un programa distinto, según las necesidades hídricas del césped, árboles y palmeras, arbustos, plantas de flor, huerto y frutales. Los pasos para diseñar e instalar un sistema de riego automático están descritos en esta página. 7. Preparación del terreno  Una vez concluidos los movimientos de tierras, la albañilería, los equipamientos y con el riego instalado, se procede a la preparación del terreno para la plantación y a la siembra del césped(si es que lleva). Se vuelven a limpiar los restos de materiales de obra, escombros, maleza, piedras grandes, etc. Se labra el suelo a unos 25 cm de profundidad. Esta labor se realiza con motocultor mecánico o con azada, con ésta siempre que sea una superficie pequeña. El terreno debe estar ligeramente húmedo para ser labrado, ni muy mojado, ni muy seco. Se reparte por toda la superficie donde irá el césped una capa de estiércol, mantillo o turba, a razón de 600-800 kilos por cada 100 metros cuadrados de parcela. También se recomienda donde vaya el césped, además del abono orgánico anterior, aportar fertilizantes minerales ("bolitas"), unos 6,5 Kg por cada 100 metros cuadrados de abono complejo 15-15-15, por ejemplo. Mucha gente siembra directamente el césped sin aportar antes ni materia orgánica ni fertilizantes minerales, pero lo ideal sería hacer ambas operaciones de abonado, al menos, una de ellas. Igual ocurre con la arena, que a veces es conveniente aportarla para mejorar el drenaje de suelos arcillosos y no se hace. Se da un pase con motocultor para enterrar el abono orgánico y/o mineral y se procede a las plantaciones y siembras. 8. Plantaciones y siembras  Se marca en el suelo con estacas de madera o similar dónde va cada planta. Las dimensiones aproximadas de los hoyos, expresadas en cm. serían las siguientes: - Arboles y palmeras grandes................................100 x 100 x 100 - Arboles jóvenes y plantas tropicales grandes.......60 x 60 x 60 - Arbustos y trepadoras...........................................40 x 40 x 40 - Zanja de setos.......................................................40 x 40 Los macizos se pueden trazar ayudándose de una manguera y luego, espolvoreando con cal o yeso por encima de la manguera para que quede la curva dibujada. La plantación se comienza por las plantas de mayor porte. La tierra extraída donde va cada árbol, palmera, arbusto, rosal y trepadoras se mezcla con abono orgánico (estiércol, mantillo, compost, humus de lombriz, turba, etc.). En las zanjas para setos y borduras se echan 3 kilos por metro lineal de estiércol, y las superficies donde se asentarán plantas vivaces, bulbosas, aromáticas, y anuales, se abonan con 8 kg./m2 de estiércol. El fertilizante mineral es opcional, con el orgánico es suficiente en el momento de la plantación. A las plantas se les retira el contenedor, bien sea maceta o bolsa, teniendo cuidado de no estropear el cepellón. Si vienen 'a raíz desnuda' cuidado en no deteriorar el sistema radicular. Los hoyos se rellenan con la tierra abonada hasta el nivel del cuello; se entutoran árboles y palmeras y se da un primer riego abundante.  Es muy importante no descuidar el riego los primeros meses tras la plantación, ya que aún no han desarrollado raíces y son muy sensibles a la falta de agua. Siembra de césped Un césped se puede hacer sembrando semillas o poniendo tepes (planchas). Si la superficie de césped es pequeña, el tema de los tepes puede ser interesante,dependerá principalmente de las prisas que se tengan. Ahora bien, un jardín mediano o grande, ya hay que estudiar detenidamente si merece la pena, puesto que los tepes salen mucho más caros. Se puede sembrar semilla, esperar un mes y medio y se tiene un buen césped por mucho menos dinero. Nivela el suelo con el rastrillo y quita las piedras, plásticos, palos y residuos. Si hay terrones, da un pase de rulo para romperlos (la función de rulo la puede hacer una bombona de butano). Las mejores épocas para sembrar son primavera y otoño, pero también se puede en verano y, en climas cálidos, incluso en invierno. En mezclas de semillas la dosis normal es de unos 35-40 gramos de mezcla de semillas por cada metro cuadrado (leer el envase). Rastrilla superficialmente para enterrar las semillas. Moviendo el rastrillo de delante hacia atrás y avanzando. Con que queden ligeramente tapadas por la tierra es suficiente. En algunos libros recomiendan tapar las semillas con un "cubresiembras". Esto es mantillo o turba, solo o mezclado con arena; pero es opcional. Da un pase de rulo para poner en contacto la tierra con las semillas. Es muy beneficioso para favorecer la germinación de las semillas. El problema es que no merece la pena comprar un rulo para sembrar un único césped. Si alguien te lo presta o puedes alquilarlo, hazlo. Si no, usa una bombona de butano. Una vez sembrado, debe regarse 2 ó 3 veces por día al principio para que la cama de siembra esté húmeda de 2 a 4 centímetros de profundidad. 9. Colocación de elementos decorativos  El toque final al jardín se lo dan los ornamentos y la inclusión de otros elementos no vegetales: Recubriendo las superficies de tierra vacías entre plantas con cantos rodados, bolos de mármol, rocas trituradas, gravas, cortezas pino, tierra volcánica, etc. Mobiliario de jardín, incluida hamacas, sombrillas y toldos. Reloj de sol Bebederos y comederos para pájaros. Ruedas de molino o de carro. Macetas, jardineras, jarrones, tinajas, ánforas y otros recipientes. Trozos de capiteles, columnas y otras antigüedades. Etc.
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Miss Chen
2017年08月24日
Miss Chen

Nombre común o vulgar: Seta de cardo, Setas de cardo Nombre científico o latino: Pleurotus eryngii Distribución: Está muy difundida por Europa meridional, siendo muy frecuente en toda España. Descripción: El sombrero es al principio hemiesférico y luego aplanado de 3 a 12 cm de diámetro, con el borde incurvado y excéntrico con respecto al pie. De color muy variable desde el crema pálido hasta el pardo castaño oscuro. Las láminas están espaciadas, desiguales y decurrentes, color blanco al principio que pasan a crema. El pie es cilíndrico, macizo "como goma de borrar", color blanco. La esporada es blanca. Carne blanca, compacta.
Recolección: Es una excelente seta comestible típica de los países mediterráneos meridionales. Suele recolectarse junto a los cardos (Eryngium), sobre las raíces de la planta desarrollada en el año anterior, de los que se nutre. La existencia próxima de una mata de cardo permite identificarla sin correr demasiados riesgos, que siempre los hay en las setas no cultivadas. Por lo tanto no tenemos que buscarla en los bosques. Se la encuentra desde el final del verano hasta el invierno. Por el reducido espacio en donde habita, conviene ser sumamente cuidadosos al recogerlas, para no correr el peligro de esquilmar el setal. En su recolección hay que llevar navaja y cortar las setas por la base del pie, sin hurgar en el terreno, de modo que no se estropee el micelio que está creciendo en el sustrato, para que puedan salir nuevas floraciones. No arrancarla, sino cortarla, para evitar el descuaje del micelio y echar a perder la posibilidad de que se multiplique. Usos culinarios: La Seta de cardo es una de las setas más sabrosas y apropiadas para todo tipo de platos. Son más sabrosas que los champiñones y pleurotus. La carne es blanca, de olor fúngico y sabor delicado. Es muy combinable con carnes, pescados y otras viandas, pues tiene un sabor suave y es de fina textura. Una de las formas de cocinarla que resulta muy simple de hacer, y se le saca mucho partido por resultar muy sabrosa, es a la plancha. CULTIVO DE LA SETA DE CARDO Como la producción silvestre no está al alcance de todos, ni es suficiente, ni todos los años es homogénea, y por ser también superior en calidad a las de los cultivos tradicionales (champiñón y Pleurotus ostreatus), se está intentando desde hace muchos años cultivarla, no sin grandes problemas. Para realizar el cultivo de setas saprofitas, entre ellas está la de cardo, se necesita en primer lugar la semilla, llamada también blanco de hongo o micelio. Si se puede conseguir de laboratorios especializados, el trabajo ahorrado es considerable, si no fuera así, habría que producir dicho micelio.
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Miss Chen
2017年08月24日
Miss Chen
Nombre común o vulgar: Pleurotus, Gírgola, Seta común, Seta de ostra, Hongo ostra, Hongos ostras, Orejón, Seta de chopo Nombre científico o latino: Pleurotus ostreatus Seta de la madera en descomposición, generalmente madera de chopo. Es frecuente encontrarlo en casi toda España. Se presta para ser cultivada con gran facilidad, usando trozos de chopo inoculadas con micelio. Sobre un lecho de trozos de madera se inocula una mezcla de micelios del hongo con serrín y algo de agar malta que sirve para iniciar el desarrollo. También se pueden utilizar maderas distintas del chopo y paja de cereales. Descripción de Pleurotus ostreatus: Se reconoce por la forma del sombrero a manera de abanico o de espátula, por su crecimiento en grandes matas sobre madera y por las características laminillas decurrentes, así como también por la situación del pie, excéntrico o incluso lateral, común a casi todas las especies de Pleurotus. Se presenta con un sombrero que, en realidad, es muy variable tanto en la forma como en el color. El sombrerillo de esta seta es redondeado, con la superficie lisa, abombada y convexa cuando es joven, aplanándose luego poco a poco. Su diámetro oscila entre 5 y 15 cm, dependiendo de la edad del hongo. El color es variable, desde gris claro o gris pizarra hasta pardo, tomando una coloración más amarillenta con el tiempo. En la parte inferior del sombrero hay unas laminillas dispuestas radialmente como las varillas de un paraguas, que van desde el pie o tallo que lo sostiene, hasta el borde. Son anchas, espaciadas unas de otras, blancas o crema, a veces bifurcadas, y en ellas se producen las esporas destinadas a la reproducción de la especie. El pie suele ser corto, algo lateral u oblicuo, ligeramente duro, blanco, con el principio de las laminillas en la parte de arriba y algo peloso en la base. Pueden crecer de forma aislada sobre una superficie horizontal o en grupo formando repisas laterales superpuestas sobre un costado de los árboles. La carne de la seta es blanca, de olor algo fuerte, tierna al principio y después correosa. Usos culinarios: La forma más frecuente de consumo de estas setas es en fresco, después de limpiadas y guisadas o preparadas de otras maneras. No es infrecuente la existencia de particulares que las cuecen con sal, las meten en frascos cerrados herméticamente, al baño María, y las conservan hasta el momento en que las van a consumir, en cuyo caso las aderezan adecuadamente. También algunos particulares las desecan mediante el procedimiento de colgarlas ensartadas en hilos en sitios con calor (cocinas); una vez desecadas, aguantan meses. Después son hidratadas para su preparación y consumo. Es recomendable consumir individuos jóvenes porque la carne tiende a ser un poco dura en los ejemplares más desarrollados. Tiene necesidad de un tiempo de cocción más prolongado que el que hace falta en muchas otras especies. CULTIVO DE GÍRGOLAS INSTITUTO DE INVESTIGACIONES BIOTEGNOLÓGICAS http://www.iib.unsam.edu.ar/ El cultivo del Pleurotus, es simple y requiere de poca inversión inicial. El sistema mas común de siembra es en bolsas. Como sustrato se puede usar casi cualquier elemento que contenga celulosa: pajas, aserrines, hojas, marlos molidos, subproductos de los cultivos de café, algodón, arroz, etc. Se obtienen de 8 a 10 Kg por metro cuadrado de superficie de cultivo en tres cosechas. Puede cultivarse fácilmente sobre troncos de chopo, al aire libre, o sobre balas de paja mezcladas con serrín, en invernaderos; pero es preciso advertir que, si no se mantiene la temperatura, la humedad y la luminosidad adecuadas, es difícil obtener setas de forma continuada. Lo fundamental consiste en sembrar el micelio sobre un sustrato leñoso-celulósico húmedo (casi siempre pasteurizado), incubarlo a 20-25º C, mientras se tiene envuelto el plástico y, por último, mantenerlo descubierto en sitios muy húmedos y frescos, generalmente a, menos de 15º C, hasta que salgan las setas. Este hongo no requiere sustratos comportados, a diferencia de los champiñones. El cultivo se puede realizar en troncos o en sustratos artificiales. El cultivo en troncos tiene la ventaja de ser de un bajo costo de implementación pero con producción principalmente estacional, generalmente en otoño y en primavera que es cuando se dan las condiciones naturales de temperatura y humedad para que el hongo fructifique. El cultivo en sustratos artificiales (paja de trigo o bien aserrín o viruta de maderas blandas no resinosas) permite una producción continua pero con un mayor costo de inversión inicial Cultivo en bolsas: Los substratos artificiales deben ser pasteurizados antes de su siembra para evitar posibles contaminaciones. De un modo artesanal, pero no por eso menos efectivo, se puede lograr una pasteurización mediante la "cocción" de la paja por inmersión en agua caliente. Un tratamiento de inmersión en agua caliente a 80ºC por dos horas es suficiente. La inmersión se puede hacer en un tanque con agua caliente, colocando la paja dentro de un canasto de metal o bien en una bolsa de polipropileno (bolsas de papas modernas, no de arpillera). Siembra: El sustrato se inocula con lo que comúnmente se denomina "semilla" o micelio; el cual consiste en granos de trigo estériles, cuya superficie se encuentra cubierta por hifas del hongo en cuestión. En esta operación, se mezcla el sustrato y la semilla lo más homogéneamente posible. Es conveniente emplear "semilla" en una proporción de 2-3 % peso en peso (mezclar 2 kg de semilla cada 100 kg de sustrato húmedo). Es importante no realizar la siembra hasta que el sustrato este frío o al menos a 25ºC ya que a mayor temperatura el micelio puede morirse. La "semilla" debe ser mezclada lo mejor posible. Para ello se puede colocar el sustrato en una mesa, bolsa o tolva. En esta etapa se debe prevenir la aparición de contaminaciones trabajando con ropa limpia y en lugares sin corrientes de aire que transporten polvo. Al cabo de unos días, el micelio comienza a crecer sobre el sustrato. Después de la siembra el micelio no requiere mayores cuidados, debe estar en una habitación oscura con temperatura controlada. Inmediatamente después de descender la temperatura del ambiente y comenzar con el foto período se deben hacer tajos, u orificios sobre la bolsas negras para que el micelio reciba el estímulo de la luz. Es en esos orificios donde se desarrollará la fructificación. Requerimientos para la cosecha: Humedad relativa: 85-92 %. Temperatura ambiente: 15-18ºC. Duración: 5-7 semanas. Ventilación: 4-6 renovaciones por hora. Iluminación: requiere 2000 lux/hora durante 12 horas al día. Se puede utilizar tubos fluorescentes o bien luz difusa natural. Los hongos se cosechan cortándolos al ras mediante un cuchillo o tijera. Se obtienen oleadas cada aproximadamente 10 días. Normalmente se cosechan 2-3 oleadas pero es posible obtener más. Una oleada es un ciclo de producción, seguido de dos o tres días sin cosecha, durante este lapso se forman los primordios del ciclo siguiente. Riego: Se puede efectuar en forma manual o por aspersión, una o dos veces por día para evitar la desecación del sustrato. Cultivo en troncos: Se utiliza casi cualquier madera, pero se debe evitar aquella que es de pino porque sus resinas dificultan el crecimiento del hongo. En general se emplean maderas blancas y blandas. La madera debe estar "verde", puede ser recién cortada o bien después de 1-2 meses, el grado ideal de humedad es de 50-70 %. La época ideal para el corte es durante el invierno ya que el árbol tiene más energía acumulada en sus vasos para brotar en la primavera. Siembra: Se puede cortar los troncos con motosierra en ambos extremos de modo de lograr dos rodajas. La semilla se coloca directamente sobre el tronco y se le clava la rodaja mediante el uso de clavos o grampas de tal modo que la semilla quede en intimo contacto con la madera. En vez de rodas algunos cortan cuñas efectuadas por dos cortes, procediendo de igual modo. Se emplea aproximadamente 1,5 kg de semilla cada 100 kg de madera. Incubación de los troncos: Para este fin se cava una zanja en un terreno preferentemente sombreado y fresco, con las paredes verticales de modo que quepan, en forma vertical, los troncos que hemos cortado. Una vez acomodados en la fosa, se tapa la zanja con unas tablas o chapas cubiertas por un plástico de polietileno y finalmente una capa de tierra a modo de aislante. Las condiciones óptimas para el desarrollo del micelio son de 25-28ºC y 90-100 % de humedad. El tiempo de incubación es variable dependiendo de las condiciones climáticas y de la madera, normalmente se requieren 3-4 meses para la total colonización de los troncos. Algunos cultivadores no realizan fosas y simplemente envuelven a los troncos en bolsas plásticas negras para su incubación. Obtención de fructificaciones. Una vez finalizada la etapa de Incubación, se retiran los troncos de la fosa y se los entierra 2/3 de su longitud en el suelo. Se debe seleccionar un lugar de semi-sombra, no expuesto al viento. Los troncos se colocan separados por una distancia entre sí de 30-40 cm. Cuando la temperatura del ambiente sea próxima a los 18ºC y llueva lo suficiente, comenzarán a formarse pequeños primordios, que al cabo de 6-8 días alcanzarán la madurez y el tamaño óptimo para ser cosechados. Generalmente, la cosecha se realiza durante el otoño y la primavera. La formación de fructificaciones perdura por dos o tres años pero en forma decreciente después del primero. Si no llueve periódicamente o bien hay alguna sequía prolongada es conveniente regar los troncos procurando que las gotas sean finas Plagas y enfermedades. PLAGAS. - Colémbolos. Son insectos diminutos sin alas que forman pequeñas galerías, secas y de sección oval en la carne de los hongos. Se encuentran en gran cantidad entre las laminillas que hay bajo el sombrero de las setas. También pueden atacar al micelio si el sustrato está demasiado húmedo. Destaca la especie Hypogastrura armata. - Dípteros. El daño lo causan sus larvas que se comen las hifas del micelio, hacen pequeñas galerías en los pies de las setas y luego en los sombreros. Destacan algunas especies de mosquitos de los géneros Lycoriella, Heteropeza, Mycophila y moscas del género Megaselia. Para el control de colémbolos y de dípteros se recomiendan medidas preventivas como colocación de filtros junto a los ventiladores, eliminación de residuos, tratamiento térmico de los sustratos para eliminar huevos y larvas, etc. También pueden emplearse distintos insecticidas: diazinón o malatión en polvo mezclados con el sustrato, nebulizaciones con endosulfán o diclorvos, etc. ENFERMEDADES. - Telaraña (Dactylium dandroides) (= Cladobotryum dandroides, Hypomyces rosellus). Los filamentos de este hongo crecen rápidamente y se extienden sobre la superficie del sustrato y de las setas, cubriéndolas con un moho blanquecino, primero ralo y luego denso y harinoso. En las partes viejas las formas perfectas forman puntos rojizos. Los ejemplares atacados se vuelven blandos, amarillento-parduscos, y se acelera su descomposición. Puede atacar a las setas recolectadas. Esta enfermedad aparece con humedad excesiva, el calor y la escasa ventilación. Para su control se deben cubrir con cal viva en polvo, sal, formalina 2% o soluciones de benomyl las zonas afectadas. También se puede emplear zineb, mancozeb, carbendazin o thiabendazol. - Pseudomonas tolaasii (= P. fluorescens). Esta bacteria ataca en cualquier fase del cultivo, desde el micelio en incubación a las setas ya formadas, disminuyendo o anulando la producción. En los sombreros de los ejemplares enfermos aparecen zonas de tamaño variable de color amarillo-pardusco o anaranjado, acaban pegajosos y si la temperatura y humedad son altas, se pudren pronto y huelen mal. Para su control se aconseja procurar evitar el exceso de humedad, la adición de sustancias nitrogenadas y el calor. Se puede añadir hipoclorito sódico al agua de riego, solución de formalina al 0,2-0,3%, formol u otros productos.
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Miss Chen
2017年08月24日
Miss Chen

Nombre común o vulgar: Champiñón, Champiñones, Champignon, Seta de París Nombre científico o latino: Agaricus bisporus Descripción del Champiñón: El champiñón es un hongo formado por un sombrero de forma semiesférica o plana y pie cilíndrico, normalmente blanco. Sombrero de 5 a 12 cm de diámetro, inicialmente hemiesférico que luego pasa a plano-convexo. Cutícula blanca con fibrillas y escamitas mas oscuras, pasa a color cremoso en la madurez. Láminas desiguales, rosa al principio que pasan a marrón chocolate. Pie cilíndrico blanco con anillo en la parte superior que se desintegra fácilmente. Esporada marrón chocolate. Carne blanca con tonos rosados al corte, de sabor agradable y olor poco perceptible. Entre las laminillas están las esporas, aunque el champiñón comercial se reproduce por unas hifas blancas (masas algodonosas) existentes en el suelo, que constituyen el denominado micelio del hongo, de donde arranca el pedúnculo. El champiñón no tiene clorofila y vive como saprofito en el estiércol en descomposición. Existen champiñones silvestres que crecen en el monte bajo, huertas, prados y sotobosque. Precauciones: No es fácil su confusión con géneros peligrosos, pero hay que tener cuidado con las amanitas blancas (Agaricus verna, Agaricus virosa), que tienen volva y láminas completamente blancas iguales al de la carne. Puede llegar a confundirse con el Agaricus xantoderma, que amarillea nítidamente y expele un olor desagradable, o con el Agaricus placomyces, también amarillo en la base del pie, causante de trastornos gastrointestinales. Sin embargo, las especies tóxicas se diferencian claramente de las comestibles, debido a sus colores amarillentos y al olor desagradable -un cierto parecido al del gas-oil-. Con otros Agaricus como el Agaricus campestris o champiñón silvestre, con escamas de color marrón crema evidentes y de anillo fugaz. USOS CULINARIOS: El champiñón se comercializa durante todo el año. Es la seta más consumida en Occidente. Se cultiva y comercializa con profusión. El Champiñón de París tiene un sabor neutro y delicado. En la cocina resultan irresistibles. Le dan a las salsas un sabor único; saltados son un manjar o se convierten en exquisitos escabeches. Se consume fresco, en conserva, crudo o cocinado. Forman parte de ensaladas, frito o asado y como guarnición en muchos platos e incluso se elaboran salsas. Es una buena seta comestible para emplear de todas las maneras en que una seta puede cocinarse y presentarse. Incluso es posible consumirla cruda con aceite y sal, en ensaladas con lechuga y tomate. También se puede utilizar cuando está abierta con las laminillas negras, en este caso, deben quitarse raspando la parte inferior. Desde el punto de vista nutritivo se destacan por su contenido de aminoácidos esenciales, proteínas (4-5% ciento) y su bajo valor calórico. Se trata de un producto muy rico en agua, proteínas y fibra. También es una fuente de vitaminas del grupo B. Resulta adecuado para dietas bajas en calorías. CULTIVO DEL CHAMPIÑÓN - Cultivo sobre troncos: Para cultivarlos, el método más sencillo y tradicional consiste en hacerlos crecer sobre troncos de árboles. En general, el cultivo sobre maderas blandas comienza a producir en el primer año, mientras que sobre maderas duras la cosecha se inicia normalmente en el segundo año. Este método de cultivo, resulta muy sencillo y se adapta a producción en baja escala. Se puede realizar con estructuras simples y de bajo costo. En contrapartida, la producción se obtiene a largo plazo, con rendimientos que no superan el 15 por ciento del peso inicial de los troncos utilizados. Las especies que mejor se adaptan para el cultivo sobre sus troncos son los álamos: canadiense (Populus canadensis Morench), negro (Populus nigra L. var. Pyramidalis), y trémula (Populus tremula L). - Cultivo sobre compost: Luz: La conveniencia de que el cultivo se realice en la oscuridad ha permitido la utilización de cuevas, túneles y naves. Temperatura y humedad: El cultivo del hongo puede realizarse siempre que la temperatura del aire esté comprendida entre 8-18ºC y la humedad entre el 70-90%. La temperatura del desarrollo micelar del champiñón es de 25ºC, deteniéndose el mismo a partir momento en el que se rebasan los 34º C. El contenido en humedad del sustrato debe oscilar entre el 62-67%. Substrato: Como todos los hongos, el champiñón carece de clorofila por lo que no puede alimentarse con las sustancias minerales que hay en la tierra y ha de vivir sobre un sustrato que le proporcione debidamente preparados los alimentos que precisa. Este sustrato generalmente es estiércol natural o artificial adecuadamente preparado. El estiércol natural más idóneo para el cultivo del champiñón es el de caballo, el de mulo o el de asno. El estiércol ha de proceder de animales trabajados y que no coman forrajes frescos o alimentos verdes. Este estiércol debe estar compuesto a base de paja de trigo o de centeno. Cuando no se dispone de estiércol de caballería se puede recurrir al empleo de estiércol artificial, constituido por paja de trigo bien picada, gallinaza, sustancias ricas en principios nitrogenados, urea, torta de soja o de algodón, etc. Se cultiva por lo general sobre un compost de materiales en descomposición, al que se inocula con el micelio (granos de trigo estériles, recubiertos de hifas del hongo). Siendo saprófitas y por lo tanto adaptadas para crecer sobre sustancias orgánicas en descomposición y no en simbiosis con otras plantas, se prestan para ser cultivadas. Para su producción es necesario preparar un substrato al que se denomina "compost'. El mismo se obtiene mezclando varios componentes (cama de caballo, paja de trigo, cama de pollo, afrechillo, etc.), humectándolos y produciendo una fermentación aeróbica. Para ello se confecciona una pila de compost que se desarma y vuelve armar cada 2- 3 días. Esta operación es conveniente realizarla bajo un tinglado, para evitar que la lluvia moje excesivamente los materiales. Lo ideal es la utilización de la cama de caballo con base a paja de trigo. En su defecto se puede utilizar paja de trigo más aditivos.
Siembra: El sustrato se inocula con lo que comúnmente se denomina "semilla" o micelio; que consiste en granos de trigo estériles, cuya superficie se encuentra cubierta por hifas del hongo en cuestión. En esta operación, se mezcla el sustrato y la semilla lo más homogéneamente posible. El compost, una vez sembrado, puede colocarse en bolsas plásticas de polietileno, cajones de madera o en estantes, en las condiciones necesarias para su incubación. Es conveniente emplear "semilla" en una proporción de 3- 5 l por tonelada de compost (mezclar 2- 3 kg de semilla cada 1000 kg de compost). ------------------------- Requerimientos para la incubación: Humedad relativa: 90-100 %. Temperatura del sustrato: 25ºC (no debe excederse los 30ºC ya que es letal para el micelio). Duración de la Incubación: 12-15 días. Ventilación: no requiere. Iluminación: no es necesaria, en general se lo incuba en oscuridad. ------------------------- Requerimientos para la formación de primordios: (se denomina primordio al primer estadio de desarrollo del hongo) Colocación de la tierra de cobertura (*). Humedad relativa: 95 %. Temperatura del ambiente: 13-15ºC. Duración: 16- 18 días. Ventilación: cuatro renovaciones por hora. Iluminación: se debe realizar el cultivo en total oscuridad, ya que la luz produce deformaciones del hongo. Tierra de cobertura: Se denomina tierra de cobertura a una mezcla de suelos (tosca, tierra negra, turba, etc.) que se coloca sobre el compost una vez finalizada la incubación. La función de esta capa es la de inducir la formación de primordios y la de proveer de agua al hongo en el momento del desarrollo. Esta capa de cobertura (4- 4,5 cm) debe desinfectarse antes de su colocación. Los métodos más comunes emplean formol, bromuro de metilo o vapor de agua (semejante a una pasteurización de 2 horas de duración). ------------------------- Requerimientos para la cosecha: Humedad relativa: 85-90 %. Temperatura ambiente: 15-18ºC. Duración: 4-6 semanas. Ventilación: 4-6 renovaciones por hora. Iluminación: se debe realizar el cultivo en total oscuridad, ya que la luz produce deformaciones en el hongo. ------------------------- Riegos: Los riegos deben efectuarse diariamente en forma de rocío suave. La cantidad de agua varía con el estadio de desarrollo en que se encuentra el hongo y la cantidad de kilos que se espera cosechar. Plagas: - Los ácaros que más destacan son: Araña blanquecina (Tyrogliphus sp.), que producen cavidades irregulares en el pie y sombrerillo, de consistencia húmeda. Araña rubia (Linopodes sp.), que provoca el desdoblamiento de las raíces del hongo. Araña roja (Tarsonemus sp.). Produce irritaciones a los obreros. Araña negra (Ceratophylla sp.). Estas arañas se pueden combatir con acaricidas. Los dípteros constituyen una plaga cuyas larvas estropean el micelio del hongo, causando fallos en la fructificación, y dañan los hongos ya formados, labrando túneles o galerías en el pie y en el sombrero de los champiñones. Además de una adecuada desinfección del compost, pueden emplearse aplicaciones de diazinon, malation, clorfenvinfos, etc. En cuanto a los escarabajos (colémbolos), producen pequeños orificios ovales, de aspecto reseco, sobre el sombrerillo. - Los nemátodos son una de las plagas más dañinas de los cultivos de champiñón. Destacan Aphelenchus, Ditylenchus, Aphelenchoides, etc. Los nematodos destruyen el micelio del hongo. El estiércol toma un color rojizo y al tacto da la sensación de una pasta jabonosa. Su olor se hace acre. Una adecuada esterilización del compost junto al empleo de nematicidas y el control del ambiente del cultivo, son las mejores armas contra esta plaga. Enfermedades: - Mancha bacteriana o "gota", producida por Pseudomonas toolasi Planie. Debe su nombre a que, cuando la padece, el champiñón presenta unas manchas amarillentas en el sombrerillo, de aspecto pegajoso y en forma de gotitas. En la presentación de esta enfermedad influye sobre todo la mala preparación del estiércol, la mala ventilación de las instalaciones y el riego excesivo. Para combatirla debe regarse con agua, en la que se hayan disuelto 250 gramos de cloruro de cal por cada 100 litros. - Pseudomonas spp. También provoca la llamada momificación. Consiste en una serie de hinchamientos del pie del hongo, que provocan la apertura prematura de los sombrerillos. Se recomiendan las mismas medidas que en el caso anterior, junto a una limpieza más adecuada de la explotación y un control más riguroso de la tierra de cobertura. - Burbuja seca o mole, provocada por el hongo Verticillium malthoussei. Provoca la aparición de deformaciones, el champiñón se recubre de un moho o pelusilla blanco-rosácea y termina pudriéndose con desprendimiento de un olor muy desagradable. El empleo de tierras de revoco insanas o utilizadas con anterioridad contribuyen a su presencia. Para su control se recomienda desinfectar la tierra de cobertura con formol, vapor de agua, mezclas de zineb o mancozeb, con benomilo, iprodiona, etc. - Otras enfermedades del champiñón menos importantes son la enfermedad de la telaraña (Dactylium dendroides) y la mole húmeda (Mycogone perniciosa). Fisiopatías: - Destaca la llamada Piel de cocodrilo o Rose-comb. Consiste en la aparición de protuberancias sobre los sombrerillos de los hongos afectados. Se debe a diversas causas, como excesiva sequedad ambiental, aplicación excesiva de determinados pesticidas, vapores de formol, etc. Recolección: Se obtienen oleadas cada siete días. Normalmente se cosechan 4 oleadas pero es posible llegar a las 6. Una oleada es un ciclo de producción, seguido por dos o tres días sin cosecha, durante este lapso se forman los primordios del ciclo siguiente. Rendimientos: Es posible obtener de 12 a 25 kg de hongos frescos por cada 100 kg de sustrato húmedo colocados en un metro cuadrado de superficie de cultivo. Pero estos rendimientos son para cultivadores expertos y con gran equipamiento. Conservación: Dificultad de conservación. Producto muy perecedero. Su conservación en buen estado se estima en 1 ó 2 días a temperatura ambiente (18-20ºC) por lo que es muy importante mantenerlos refrigerados. Sólo aguantan el paso de los días cuando sus láminas no se han abierto, por lo que resulta difícil su transporte y comercialización. ASPECTOS TÉCNICOS DEL CULTIVO DE CHAMPIÑÓN Se disponen "pilas", formadas de paja de trigo, estiércol, elementos a los que se les incorpora una serie de aditivos. Las pilas que se forman miden alrededor de 2 metros de ancho por 2 de alto y son estacionadas durante quince días, con la finalidad que, en su interior, se produzca el proceso de fermentación. Periódicamente y cada tres días se remueven las pilas manualmente. Esta preparación del compuesto llamada también compost se verifica en las siguientes dos fases: La externa: durante la cual la materia prima se somete a repetidas mezclas y a una descomposición inicial. La interna: se comienza a pasteurizar y a fermentar dentro de restringidos límites de temperatura. La temperatura óptima será de 80º C mientras que la humedad ideal deberá ser de un 72 por ciento. La nutrición del hongo se fundamenta exclusivamente en el consumo de materia orgánica muerta, por eso es primordial el reposo para su fermentación y las removidas para permitir la entrada de oxígeno. Luego el compost es mezclado con el aditivo. La adición de suplementos tiene la finalidad de estimular su acción y provocar al máximo el desarrollo y enriquecimiento. Se le agrega, entonces, sulfato de amonio, nitrato de amonio, urea, sangre en polvo, harina de pescado, harina de soja, yeso, caliza, etcétera. Una vez transcurrido el tiempo necesario para el estacionamiento, el sustrato es llevado a cámaras especialmente acondicionadas para pasteurizar el compost. Allí se lleva el sustrato desde su temperatura inicial hasta 58º C, en un período de dos horas para eliminar cualquier tipo de microorganismo indeseable. En un lapso de cinco a siete días la mezcla será llevada a 10º C. Se transporta el sustrato y, para protegerlo de esporas de otro tipo de hongos o algunas otras impurezas se lo acondiciona en un recinto provisto de filtros. Por lo general, las cámaras se mantienen a 38º C más la ventilación adecuada, pero según el momento en que se encuentre el cultivo, o según la época del año, éste puede recibir otro tratamiento. Luego el substrato se vuelve a enfriar a 25º C para proceder a la siembra. Siembra o "spanning" La siembra o "spanning" consiste en mezclar el compuesto ya "muerto" con los granos de cereales (cebada, trigo, mijo) recubiertos por el micelio del champignon. Así, en este ambiente las hifas del hongo podrán colonizar todo el sustrato nutritivo sin tropezar con obstáculos debido a la competición de otros organismos ajenos a la misma. Las semillas son distribuidas a mano. Así se mantiene durante 15 días a 25º C y luego se agrega una capa de tierra negra. El hongo comienza a crecer a los 20 días con una temperatura entre los 15ºC y los 18ºC. La recolección del hongo se efectúa antes de que se abra el velo parcial y se alargue excesivamente el pie. Los hongos se sujetan por la base del pie y se arrancan mediante un movimiento de torsión, depositándolos en un cesto u otro contenedor de paredes rígidas. Una vez apartados de la zona de recolección se procede a una limpieza de los esporocarpos separando, mediante un cuchillo bien afilado, la base del pie para eliminar los restos del sustrato. El rendimiento es óptimo si se tiene en cuenta que luego de cosechar la primera tanda, vuelven a brotar de a una por vez, hasta alcanzar cuatro tandas más, con la misma preparación del sustrato. Después de la cosecha, los hongos se comercializan tanto frescos como cocidos. El proceso de cocción se realiza poniendo los champiñones a hervir en una solución con ácido cítrico que, posteriormente, será empleada para el proceso de conservación. Por otra parte, los hongos cocidos son más costosos que los frescos, ya que para obtener un kilo de éstos se necesitan dos kilos de champiñones frescos. INFOAGRO.COM http://www.infoagro.com/ ----------------------------- INSTALACIONES PARA EL CULTIVO. Las instalaciones adecuadas para el cultivo del champiñón son cuevas, bodegas, minas, túnel, y en general, todos los sitios oscuros y frescos que reúnan las siguientes condiciones ambientales: Temperatura ideal y constante de 12-14º C. En locales con temperaturas inferiores a 10º C, el cultivo va muy lento y la producción es muy baja. Si la temperatura se aproxima a 17-18º C., la producción es muy abundante, los hongos se desarrollan muy rápidamente, pero el cultivo se agota muy pronto. Si la temperatura supera los 18º C, se producirán deformaciones en los hongos y la incidencia de enfermedades será mayor. Se precisará una humedad relativa próxima al 75-80%, por lo que se evitarán lugares muy secos o donde se produzcan encharcamientos. La ventilación de los locales debe regularse a voluntad, para adaptarla a las necesidades del hongo durante su desarrollo. La salida del aire debe estar situada de tal forma con respecto a la entrada que evite que se produzcan corrientes de aire que den directamente sobre el cultivo. Se pueden instalar ventiladores o extractores de aire que permitan renovar el aire del local tras o cuatro veces al día. SISTEMAS DE CULTIVO. PRODUCCIÓN EN CORDONES DE COMPOST. Es el sistema tradicional empleado en cultivo en cuevas, bodegas, etc. En primer lugar se elabora un compost, asegurándose de que en su fermentación se hayan alcanzado temperaturas cercanas a los 70º C. A los 6-9 días, se voltea la masa orgánica y una semana después se introduce el compost en la cueva o bodega. El compost se alinea en cordones de 25-40 cm de base y 25-35 cm de altura, dejando entre cada grupo de caballones pasillos de acceso. para formar 20 m lineales de cordón se necesitan unos 2 m3 de compost, equivalentes a una tonelada. Cuando la temperatura desciende de los 30º se realiza la siembra, manteniendo la temperatura a 15-25º C. La siembra del blanco se realiza en cuatro líneas a tresbolillo, a 15-20 cm y a una profundidad de 1-2 cm, procurando mantener la humedad ambiental pulverizando con agua. Pasados 20-30 días el micelio del hongo ha invadido el sustrato y se aplica una carpa de cobertura de 2 cm de espesor y ligeramente húmeda. Cuando han pasado 20 días se inicia la fructificación del hongo, que se prolonga durante unos 50 días, por lo que el ciclo productivo dura unos 100 días. El rendimiento medio obtenido con este sistema es de 6-8 kg/m2. PRODUCCIÓN EN ESTANTES. En este sistema el compost se introduce en pisos superpuestos de estantes de madera de 0,6-1,20 m de ancho, sujetos lateralmente por medio de fuertes soportes. Sobre estos estantes se colocan 15-30 cm de compost, dejando entre cada dos estantes una distancia de 45-60 cm. Las estanterías se separan entre sí por pasillos. Las instalaciones están formadas por locales dotados de sistemas de calefacción que permitan la pasteurización del compost. Con este sistema se han obtenido rendimientos de 10-13,5 Kg/m2 de cultivo. PRODUCCIÓN EN BANDEJAS. Consiste en rellenar de compost unas bandejas estandarizadas, cuyas dimensiones aproximadas son de 0,9x0,6x0,15 m. Las bandejas se colocan apiladas en la sala de pasteurización, donde el compost alcanza una temperatura de 55-60º C. La sala está dotada de sistemas de calefacción, ventilación que permiten uniformizar la atmósfera de la sal y por tanto una mejor desinfección del sustrato de cultivo. La pasteurización se realiza durante dos o tres días, hasta que el sustrato alcanza una temperatura de 40º C. Después las bandejas se trasladan a la sala de incubación, en donde se realiza la siembra del blanco a una temperatura de 20-25º C. Cuando el micelio ha invadido el 70-75% de las bandejas, éstas se trasladan a la sala de cultivo, con una temperatura de 13-16º C, humedad relativa de 90% y ventilación de 3-5 renovaciones/hora. A las 2-3 semanas se inicia la fructificación, que puede durar 60-100 días. Los rendimientos medios obtenidos con este sistema se sitúan entre 5 y 8 kg/m2 de bandeja por ciclo. CULTIVO EN SACOS. Consiste en llenar al 75% de su volumen sacos de plástico con 30-40 kg de compost pasteurizado, donde se siembra el hongo. Los sacos se disponen agrupadamente en varias alturas, con temperaturas de 12-14º C. Se obtienen hasta 8-10 kg por saco, en un periodo de ocho semanas. LABORES CULTURALES. PREPARACIÓN DEL SUSTRATO: EL COMPOSTAJE. Las operaciones a realizar para preparar el compost en el que se va a cultivar el champiñón varían según se trate de estiércol natural o de estiércol artificial. El estiércol natural procedente de las cuadras debe desmenuzarse y mezclarse bien con sus componentes (paja mojada, excrementos sólidos) y eliminar cualquier objeto extraño. Más tarde se apila en montones de 2 metros de ancho por 1,20 de alto para que se produzca la fermentación del mismo. Estos montones se realizan superponiendo distintas capas, entre las que se espolvorea un insecticida (Malatión) para eliminar aquellas larvas de insectos que puedan existir. Si el estiércol está demasiado seco, puede rociarse con un poco de agua. Si es poco pajoso, se añadirá paja al hacer la pila, alternando las capas de estiércol con otras de paja. También se puede espolvorear sulfato amónico entre capa y capa en la proporción de 15-40 kilos por tonelada de estiércol. Con ello se consigue enriquecer aquellos estiércoles pobres en materia orgánica. Para secar estiércoles demasiado húmedos se espolvorea yeso cocido en la proporción de 1-3 kilos por cada 100 kilos de estiércol. cada seis o siete días se volteará el montón, añadiendo agua, para mantener una temperatura de 70-80º C, y así se produzca una adecuada fermentación del estiércol. La preparación de estiércoles artificiales, se realiza utilizando los siguientes productos y cantidades: Paja seca de trigo: 1.000 kg. Gallinaza: 150 kg. Urea: 20 kg. Agua: 2.500-3.000 litros. En ambos casos, la operación de fermentación del estiércol pasa por dos fases: Fermentación libre, que dura entre 7 y 14 días, en la que se persigue mezclar, suplementar, humidificar y homogeneizar la masa. Fermentación dirigida o controlada (pasteurización), que a su vez se divide en dos subfases: La pasteurización consiste en someter durante 8 horas la masa del compost a una temperatura de 58-60º c para destruir los gérmenes nocivos; y el acondicionamiento, por el que durante 6-8 días se hace descender la temperatura desde 58 a 48º C, favoreciendo el desarrollo de organismos que favorezcan el acabado del compost. Si todo el proceso de compostaje se ha realizado correctamente, al final se obtendrá un compost que responderá a las siguientes características: pH: 7,3 Humedad: 66% Nitrógeno total: 2,05% Materia orgánica: 73% Cenizas: 27% Relación carbono/nitrógeno: 19 Libre de amoníaco residual. Libre de parásitos y competidores. LA SIEMBRA. La siembra se realizará cuando el compost tenga una temperatura de 23-24º C. La semilla, si es fresca, debe adquirirse pocos días antes de la fecha de siembra, para que esté en las mejores condiciones posibles. Para realizar la siembra se divide el blanco de champiñón en pequeñas porciones y se colocan en los lados de los caballones siguiendo el trazado de tres líneas horizontales imaginarias. La línea más baja estará a unos 10 cm del suelo y la más alta a unos 10 cm de la cresta. Los golpes de semilla deben colocarse a tresbolillo, separados uno de otro unos 15-20 cm. Si el cultivo se realiza en bandejas o cajones, la siembra también se realiza a golpes dispuestos a tresbolillo. La siembra debe hacerse colocando primero dos filas de golpes de blanco a una distancia de 10 cm de los bordes de las bandejas y luego se rellena el espacio que queda entre ellas, con otros golpes dispuestos a tresbolillo separados 20 cm. En ambos casos el blanco se introduce a unos 2-3 cm de profundidad, apretando ligeramente alrededor del estiércol. Encima de la semilla sólo debe haber una fina capa de estiércol para que no se ahogue el micelio. EL REVOCADO. Esta operación consiste en cubrir la superficie del cultivo con una capa de tierra de unos dos centímetros de espesor, cuando el micelio del hongo ya ha colonizado el sustrato. Normalmente se realiza al mes de efectuar la siembra, aunque puede variar según la temperatura del local. Esta tierra debe ser bastante fina, suelta, porosa, absorbente y libre de insectos, hongos o bacterias que perjudiquen al champiñón. Para obtener tierra con estas características se procede a mezclar diversos componentes como tierra (50%), arena de río (30%), escombro molido (20%) o piedra caliza triturada (40%), etc. El objetivo del revocado o cobertura es el de dificultar el desarrollo del micelio del hongo y obligarle a fructificar. Además, la tierra proporciona la humedad adecuada para inducir esa fructificación y aísla al micelio del ambiente del local. RECOLECCIÓN Y CONSERVACIÓN. La producción se realiza de forma escalonada. Desde que se inicia la formación del carpóforo, éste pasa por varios estadios (botones, tazas o cúpulas y planos). Los más apreciados son los botones, siendo los más comerciales los que tienen un sombrerillo de diámetro comprendido entre 2,5 y 7 cm. Entre dos y cinco semanas después de hacer el revoco aparecen ya las primeras marcas de champiñón sobre la tierra de cobertura. La recolección debe hacerse cuando los champiñones estén maduros, es decir, cuando el pie del hongo se hace un poco flexible y todo el champiñón se hace más blando al tacto. Siempre han de cosecharse antes de se haya roto el velo que cubre el himenio. Para recolectarlo se toma suavemente el sombrerillo entre los dedos y se da a la mano un movimiento de torsión. Después se tapa con tierra el hueco dejado por el pie del hongo cosechado. Los champiñones recolectados se colocan en recipientes de menos de dos kilos de peso y con el sombrerillo hacia abajo. El periodo de recolección dura de dos a cuatro meses, obteniéndose producciones medias de seis a ocho kilos de champiñón por metro cuadrado de superficie. La temperatura normal de conservación es de 0-2º C, con atmósferas controladas con el 9% de oxígeno y el 25-50% de CO2.
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